Desde que recuerdo siempre supe que quería ser psicóloga. Incluso sin conocer que existía una profesión, yo deseaba ser doctora corazón para escuchar los problemas de las personas y poder ayudar. Y luego, en cada etapa de mi vida, investigué sobre muchos por qués: dislexia, adolescencia, el cerebro femenino, la pareja. Y cuando nací como madre, me di cuenta, que todo lo teórico, pasaba a un segundo plano y lo primordial era lo que venía de mi instinto, mi intuición. Y nuevamente, volví a explorar.
Empecé a ver el mundo desde otro espacio. Repté, hice gateo, comí con los dedos, hacía siesta y festejaba cada nuevo logro con un ¡wow! La maternidad me estaba cambiando. Volví a ser niña, comencé a disfrutar cada nuevo aprendizaje. Y entonces, cuando se cumplían los primeros 2 años de mi hijo. Me adentré completamente en buscar la manera de vivir con amor y respeto. Así llegó a mí, disciplina positiva. El estilo que estaba buscando desde que era hija, para vivir disfrutando a la familia.
Todos los hijos, deseamos ser aceptados por nuestros padres, de manera incondicional. Eso fue lo que aprendí como hija, y lo venía a confirmar ahora como madre, por eso yo también cambié con la maternidad, y me dio un regalo que hoy aún sigo disfrutando. Cambié la pregunta de
los “¿por qué?”, por la del “¿para qué?” y así comencé a encontrar mí enfoque a soluciones.
Hoy soy madre, psicóloga y educadora para padres en Disciplina Positiva, y sigo aprendiendo tantas cosas, gracias a que la motivación más fuerte, es conocer el mundo que habitan mis dos hijos.
Deseo que nos vayamos conociendo a través de las palabras, y que juntas sigamos descubriendo el mundo que nos divierte y nos inquieta cuando nos sentimos solas.
Por
LAURA CARRILLO
Perla
Amiga bella, desde que leí las primeras palabras supe que eras tu, hermoso trabajo, hermosas todas las colaboradoras de esta publicación, con orgullo digo que conozco a varias, Talla, Laura, Laila, todas hermosas, me encanto, identificada con más de una, se que no estoy sola 🙂