La Primera Dama de Saltillo sabe que hay distintos roles en la vida y todos tienen su momento. Ella pone lo mejor de sí en cada uno.
Lourdes Naranjo de López es contundente al dirigirse a las mujeres: Hoy, lo tenemos todo, no hay obstáculos para el desarrollo. Y en particular para las madres, tiene un mensaje: “No den todo a sus hijos, no cumplan todos sus deseos”.
“Recuerdo un chocolate que tenía forma de conejito, se llamaba Turín; tener esos chocolates era un lujo y esperaba cada domingo para ir a la tienda de la esquina a comprarlo. Lo deseaba, luchaba por él, por fin lo conseguía y esos logros me hacían sentirme muy bien, a tener buena autoestima, a sentir que valía”.
Madre de cuatro –tres mujeres y un hombre- y abuela de siete, Lourdes está muy involucrada en la educación de sus nietos y aconseja a sus hijas en su papel como madres.
“No teníamos las cosas fáciles, (antes) había un poquito más de obediencia y de disciplina por parte de nuestros papás; nos exigían mucho. (Con mis hijas) Estoy ‘sobres y sobres’ para que no hagan eso con sus hijos, que no caigan en los excesos”.
“Las muchachas de ahora no les dan ‘chanza’ a sus pequeños hijos de desear algo, pues van a Estados Unidos y cuando por la mañana despierta, el niño ya tiene el nuevo Nintendo. Sus recámaras parecen jugueterías… no hagan eso muchachas, tengan cuidado”. “Yo, como abuelita”, agrega, “siempre estoy al pendiente de eso”.
Igual que el resto de los saltillenses, la familia López Naranjo sufrió las consecuencias de la inseguridad en la ciudad y sus hijos pensaron en la posibilidad de irse, como muchos lo hicieron hace unos cuatro o cinco años.
Una decisión compartida con su esposo, el Alcalde de Saltillo, Isidro López Villarreal.
“Él les dijo a nuestros hijos: ‘Yo no soy de las personas que huyen, yo soy de las personas que enfrentan. Ustedes son adultos y pueden hacer con su vida lo que quieran, pero yo me quedo en mi ciudad a apostarle, a invertir lo que yo tengo y dar empleos a Saltillo y porque quiero ser el candidato por el PAN’”.
Asegura que la valentía de enfrentar estos tiempos es el mayor legado que pueden dejar a su familia. Lourdes platica que el día en que su esposo les dio la noticia de su candidatura, “explotó una bomba” en su casa, pero al verlo tan decidido se unieron como familia y dijeron: “Vamos, vamos juntos”.
“Le digo que todo eso se lo van a platicar a sus nietos y a sus bisnietos: Que su abuelito no huyó, que se quedó aquí y enfrentó. Gracias a aquella decisión ahora soy la presidenta del DIF”.
Lourdes está disfrutando mucho esta etapa que le tocó vivir pues, aunque a veces sus hijos y nietos reclaman su tiempo y presencia, considera que es muy emocionante y lo ha gozado al máximo.
“Nunca dejas de ser la ama de casa y muchas cosas dependen de ti, entonces tienes que organizarte y decir: Tengo un nuevo trabajo que estoy disfrutando muchísimo, es un placer para mí servir, es una oportunidad que no a todo el mundo de le da”.
Pero, como todas las amas de casa, Lourdes tiene que estar al pendiente que nada falte en la alacena o el refrigerador. “Llego y me dicen que no hay leche o pan y corro al súper, pues sigo siendo esposa, madre y abuela”.
Lourdes considera que lo que ahora está viviendo es una gran aventura a pesar de considerarse una mujer tranquila.
“No voy ni atrás ni delante de él. En esta aventura me ha llevado de su lado y lo admiro mucho pues siempre les ha dado su lugar a las mujeres. Él tiene tres hijas, cuatro nietas, su mamá que es un amor, una mujer muy adorable, y me tiene a mí. Dice que Dios lo ha bendecido por estar rodeado de mujeres y que no le queda de otra más que aceptar las opiniones de las mujeres. Me da mucho gusto que en su Gabinete la mitad son mujeres”.
“Soy muy casera, en un futuro me veo acompañando a mi esposo en lo que él necesite.”
En los años 70´s, mientras Lourdes trabajaba en la fábrica de mezclilla El Carmen, la Universidad Autónoma del Noreste (UANE) comenzó su primer ciclo escolar ofreciendo carreras profesionales.
“Fue un gozo para mí estar ahí porque la mayoría de mis compañeros eran más grandes, yo tenía 17 o18 años y ellos eran personas que ya tenían una carrera o que trabajaban… fue maravilloso”.
Después, comenta, la Universidad Autónoma de Coahuila (U.A.de C.) abrió la carrera de Psicología, por la que Lourdes se inclinó, sobre todo por la facilidad en los horarios de clase.
“Fue muy padre volver a vivir la época estudiantil, pero me casé y dejé la carrera inconclusa porque mi esposo me dijo: ‘Nos casamos y nos vamos a estudiar la maestría a Austin, Texas’. Dije, bueno llegando la acabo”.
“Pero cuando regresamos (a Saltillo) ya traía yo dos niñas conmigo, entonces sí fue complicado continuar, pero fue una bonita experiencia trabajar y estudiar al mismo tiempo. Yo les digo a los jóvenes, si realmente quieren hacer algo, no pasa nada si trabajan y estudian al mismo tiempo; se puede hacer y eso es algo de lo que me siento orgullosa como mujer y como mamá”.
Considera que las mujeres de hoy no tienen ningún obstáculo hablando en el ámbito profesional y laboral, porque dice, “ahora lo tienen todo, aprovéchenlo”.
“Comparado con mi época, lo que tienen difícil es que antes andábamos solos en la calle, las mamás te decían ‘Mijito ¿qué te encargaron de tarea, un lápiz rojo? Vaya a comprarlo a la esquina’. Antes ibas sola, no necesitabas que tu mamá te acompañara”, platica.
Una de las canciones favoritas de Lourdes se llama Libertad, de Nana Moskouri, que habla de cómo un pueblo puede luchar por su libertad.
“Y creo que ahorita México está queriendo vivir en libertad. Ves a los periodistas, a las personas que escriben gracias a las redes (sociales)… empezamos a saborear lo que es la libertad y vamos a empezar a luchar por ella a como dé lugar”.