Por Laura Prieto
Corazones, símbolos de infinito, fechas, nombres, golondrinas, retratos y un sin fin de diseños de tatuajes para conmemorar el amor. Son muchas las historias de enamorados o amistades que se tatúan para festejar su relación. He hecho cientos de tatuajes de amor por la familia, la pareja, los animales, al trabajo, a la vida. Tenemos mucho que amar y lo celebramos, lo plasmamos, nos lo tatuamos.
La vida está hecha de imágenes y colores que queremos llevar en la piel, hay tantas ideas como personas en el mundo. A veces hay quien quiere llevar tatuado en la piel el nombre de su ser amado. En el gremio del tatuaje se cree que es de mala suerte tatuarse el nombre de la pareja. Todo tatuador conoce alguna historia donde tatuó un nombre y, después de un tiempo, el cliente regresó a cubrirlo o a querer borrarlo porque la relación se acabó. A mi estudio más de una vez ha llegado alguna persona queriendo borrarse un nombre. Personalmente no creo que la relación se acabe a causa de la mala suerte que pueda traer consigo algún tatuaje. Las relaciones terminan por muchos motivos, no por tatuajes. También he tatuado nombres cuando la relación ya terminó, la explicación es que “fue bonito mientras duró” y quieren conservar el recuerdo o que aún aman a la persona. Pienso, más no les digo, que la vida sigue. Me pregunto qué será de ellos cuando se vuelvan a enamorar y lleven consigo el nombre de un antiguo amor.
Recuerdo cuando llegó a mi estudio un chico de veintitantos, le urgía tatuarse, quería ocultar un nombre que llevaba en el brazo izquierdo, quería en su lugar un pez japonés con olas y flores. Debía utilizar mucho color, tan pronto empecé a dibujar, inició a contarme su historia. Dijo que se iba a casar y el nombre que traía era el de una ex novia. Se casaría la semana siguiente, sin embargo, su prometida nunca había visto su tatuaje, había visto los otros, los de la espalda y las piernas, pero jamás el del brazo. Lo había logrado ocultar muy bien y a mi ¡me pareció sorprendente! Por eso la urgencia de cubrirlo, llegaría con un nuevo tatuaje al altar. Hice lo que pude para que no quedara ni un rastro del nombre de su antiguo amor. Entre colores, desapareció.
Dicen por ahí que lo único que dura para siempre es un tatuaje; que nos llevamos la tinta a la tumba, así como nuestras historias; que aunque cubramos algún tatuaje, ya sea porque el diseño nos aburrió, se ve viejo, ya no nos gusta o por muchas razones más, siempre sabremos qué hay debajo y qué historias quisimos ocultar.
Si aún después de esto sigues considerando tatuarte por amor, aquí te dejo algunos consejos:
No te tatúes nombres, dicen que trae mala suerte. Si quieres celebrar tu relación con un tatuaje, hazte algo alusivo a los gustos de tu pareja. Por ejemplo, si le gusta la fotografía puedes hacer alguna cámara fotográfica, o si es abogado algún búho. Pide consejos a tu tatuador, hay infinidad de buenas ideas.
Considera las restricciones en tu trabajo. A pesar de que ya existen sanciones a quien discrimine a personas con tatuajes, los reglamentos internos de algunas empresas prohíben tenerlos.
Elije un diseño en pareja, hay hermosos diseños para dos, algunos se complementan entre sí. Al tatuarse juntos la experiencia es más amena y es un recuerdo que siempre podrá comenzar una conversación.
Tatúate por amor, pero no solo a tu pareja, por amor a tu madre, padre, hermanos, hijos, amigos, por amor a ti. La vida está hecha de amor y amistad, está llena de momentos que podemos recordar con un dibujo en la piel.
Este mes del amor, celebremos con tatuajes.
Texto incluido en NES Ed.2 AMAR