Por Laura Prieto
El arte del tatuaje tiene mucha ciencia, a veces me gusta imaginar que es un proceso completamente artístico, pero no es así. Todo lo que hay detrás de un tatuaje abarca desde calibración de máquinas para tatuar, fuente poder, tipos de agujas, marcas de tintas y muchos más conceptos técnicos, hoy les hablaré de las agujas para tatuar y su relación con el dolor.
Cuando te haces un tatuaje, puede que sientas un agudo dolor al inicio, muchas veces lo atribuimos a nuestro estado de ánimo, nerviosismo, ansiedad, emoción, miedo, siempre el inicio lleva más sensaciones, conforme avanzamos en el proceso, el dolor va disminuyendo, por una parte, debido a que el cerebro libera endorfinas y adrenalina que nos ayudan a calmar el dolor, y por otro lado, el dolor disminuye cuando cambiamos de agujas, al terminar el delineado y empezamos a rellenar, sombrear o colorear.
Escuchar que el sombreado del tatuaje se hace con más agujas, ocasiona en los clientes cierto miedo y estrés, es lógico imaginar que nos hará pasar por más dolor, pero es al contrario, ¿por qué?, porque al hacer un tatuaje usamos una o más guías de agujas, cada guía va desde una aguja hasta más de 100, unidas de diferentes maneras, existen diversos tipos de agujas: línea, (agujas unidas en una punta) magnum (agujas unidas en dos hileras impares, como un pincel plano), lengua de gato (como las magnum, pero sin esquinas, igual que un pincel lengua de gato), y muchas más, todas son para diferentes propósitos.
El delineado de un tatuaje se hace con agujas en forma de punta, la presión se va a una sola punta, por lo que duele más, es un dolor muy agudo, casi como si cortaras con un bisturí; si hacemos el relleno con una aguja magnum, la presión se distribuye entre todas las puntas, recordemos que son dos filas, es decir es una mayor superficie para distribuir la presión, en consecuencia disminuye la presión y el dolor, se siente una vibración, y algo parecido a rasparte la piel; es un principio de la física: Presión es igual a fuerza sobre superficie (P=F/S), a mayor superficie menor presión y viceversa.
Es como la cama de clavos, un solo clavo puede lastimarnos, pero al recostarnos en muchos clavos, la presión se distribuye y no duele.
Hacer un tatuaje es diferente cada vez, muchos factores influyen en el dolor, pero en lo personal, he sentido menos dolor con más agujas, por supuesto esto puede cambiar al tener sesiones largas, depende del área, y de muchas otras cosas, en ocasiones, después de una larga sesión de trabajo, duele más limpiar el tatuaje que las agujas en sí.
Así que, si estás pensando en tatuarte, recuerda que entre más agujas usemos, menos dolerá tu tatuaje, ¡anímate a hacerte un gran tatuaje!