Por María Izaguirre
“El arquitecto del futuro se basará en la imitación de la naturaleza, porque es la forma más racional, duradera y económica de todos los métodos”.
–Antonio Gaudí“No divido arquitectura, paisaje y jardinería; para mí son uno”.
-Luis Barragán
La naturaleza y su vegetación son elementos fundamentales en nuestras vidas. Los árboles y las plantas forman parte de nuestro entorno y le dan un efecto muy positivo a nuestro hábitat y a los sentidos. Tanto las plantas naturales como la iluminación solar nos proporcionan el toque de energía y vida que complementa nuestra propia naturaleza humana.
La vegetación es un elemento importante del diseño que hace más cálido el lugar. Las plantas se pueden emplear para separar espacios, crear privacidad e intimidad y sobre todo para hacer más agradable el ambiente. Las opciones para plantas en espacios interiores son muchas: colgadas en techos, trepando en paredes o se pueden instalar jardines verticales de hidroponía.
Algunas de las ventajas de tener plantas en el interior de nuestro hogar son:
Limpian el aire. Eliminan, en mayor o menor medida, las sustancias químicas suspendidas en el aire, convirtiendo el Dióxido de Carbono en Oxígeno. Actúan como filtros, absorbiendo las toxinas a través de sus hojas. La teoría es que, si las plantas se encargan primero de la absorción, nuestra nariz y nuestros pulmones tendrán menor carga. Eso implica una reducción en la incidencia de asma, alergias, reacciones al moho, otras partículas y enfermedades inmunosupresoras. Por ejemplo, el aloe vera, la hiedra inglesa o la sansevieria son plantas que emiten Oxígeno por las noches por lo que mejora la calidad del aire en la habitación ayudando a los problemas respiratorios, de asma y alergias.
Mejoran la Acústica. Una pared con enredaderas, una hilera con grandes macetones o cualquier otra modalidad que coloque vegetales en un espacio interior garantiza una mayor absorción acústica que evitará el rebote de sonidos.
Regular la temperatura. Evaporan agua para disminuir su temperatura y hacer frente al calor. En este proceso no sólo se refrigeran a sí mismas, sino que también enfrían su entorno haciendo posible la regulación de temperatura en un espacio cerrado, permitiendo mantener la frescura que un ambiente bien balanceado necesita.
Dar personalidad. Un espacio rodeado de plantas posee un atractivo muy particular que ningún otro elemento decorativo puede ofrecer. La personalidad que adquiere una habitación que integra plantas es única y se puede lograr un diseño muy original, que es lo que se busca tanto en la arquitectura como en el diseño de interiores.
Disminuye el estrés. Ese sentimiento de paz y relajación que tenemos al salir al campo y disfrutar de la naturaleza lo podemos logra al incluir vegetación en un espacio interior. Se puede crear una atmósfera apacible que propicie la relajación y por lo tanto puede disminuir mucho el estrés, permitiendo un ambiente de descanso o de creatividad según sea el caso. Por ejemplo, la lavanda, no solo huele delicioso, sino que también reduce la ansiedad y el estrés reduciendo tu ritmo cardiaco.
En general una planta o dos por habitación basta para lograr sus efectos.
Gran parte del proceso de limpieza de aire ocurre en las raíces, de manera que mantén el sustrato aireado evitando regarlas demasiado.
Al momento de decidir qué plantas seleccionar debes orientarte por la resistencia a los interiores y la falta de exposición solar que tolera cada una. Las plantas adaptables a los interiores, a diferencia de las localizadas en exteriores, por lo general, se riegan con menos frecuencia (aunque siempre existen excepciones). Por tal razón los profesionales en plantas son la mejor opción para orientarte sobre el comportamiento de estas.
Finalmente, al realizar una composición de plantas, es recomendable combinar plantas con diferentes tonos y tipos de follaje para conseguir contrastes entre estas y que cada una se distinga individualmente, lo que añade interés visual al ambiente.