Por María Fernanda Zetina
Sabemos que, en el mundo, en todos los países, existen conflictos medioambientales y urbanos. La buena noticia es que esta realidad la podemos transformar a través del diseño, y políticas públicas.
Actualmente, existen propuestas, hechas por mujeres, que abordan la problemática de una manera sensible, creativa y crítica, a través del arte, que acredita el asombro desde una mirada enraizada que, como diría Virginia Woolf: I am rooted, but I flow (estoy enraizada pero fluyo).
Hoy quiero hablar un poco y recomendarles también algunos trabajos realizados por mujeres que experimentan con realidades alternativas:
Agnès Vardá. Directora de cine y artista francesa ha realizado varios documentales que describen situaciones urbanas en las que los habitantes actúan, de manera activa, en el espacio público. Uno de sus trabajos más destacados es el documental “Los espigadores y la espigadora”.
Agnés nos muestra, desde su ojo, que la postura del espigador es la misma de antes que se agachaba en el campo, y ahora entre las basuras. Antes recogía espigas y ahora manzanas, patatas, carne, relojes, televisores, juguetes… En este mundo tan consumista en el que todos los días despilfarramos inconscientemente. Sin embargo, ella muestra a los artistas que reciclan basura para crear sus obras o grupos sociales que eligen configurar su dieta a partir de los alimentos en buen estado que encuentran en los contenedores de los supermercados.
Existen mujeres que han desarrollado el Land art, que usan el paisaje, urbano o rural, para intervenirlo con arte utilizando herramientas y/o patrones de la naturaleza.
Nancy Holt trabajó haciendo instalaciones específicas en diferentes lugares del mundo; la más reconocida de sus obras es Sun Tunnels, en el desierto de Utah. Sus esculturas resaltan la profunda relación entre la tierra y el cosmos. Como en la antigüedad, lo hacían las grandes construcciones de arqueo astronomía.
Yayoi Kusama, es una artista que, desde los años 60 realiza intervenciones del espacio privado y público, mediante happenings y murales. De esta manera, la artista transforma el paisaje urbano superponiendo una de sus complejas y coloridas piezas al enorme vacío vertical de la ciudad.
Hyuro es otra artista que aboga por un espacio público en el que la sociedad exprese sus ideas y, por ello, aprovecha los muros vacíos de las ciudades para pintar murales en los que propone una visión crítica sobre distintos temas. El rol de la mujer en el entorno doméstico, laboral o público son algunos de los puntos sobre los que ha reflexionado en sus murales.
Otro ejemplo es el proyecto “Passage”; una intervención de Cornelia Konrads cuyo propósito era reflejar el cambio de contexto, un espacio desconocido se abre y desafía las categorías de cognición, como realidad y posibilidad, incidente natural y artefacto humano. Una transición a otra comprensión de la naturaleza.
Todas estas intervenciones, quizá sean efímeras, pero de alguna manera expresan y muestra su significado. El simple hecho de ver un paisaje de un modo tan diferente, nos obliga a transformar nuestra forma de concebir y convivir, nos hacen mirar con otros ojos el planeta para abrazarlo y decirle que aquí estamos, y estamos luchando por un mundo mejor.
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