Por María Fernanda Zetina
“Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres.”
-Albert Einstein.
Recuerdo que, en mi infancia, salía a jugar a la calle y veía muchas abejas, era algo normal y común, sobre todo, entrando la primavera. Tener un panal en casa era toda una preocupación. Ahora, si me encuentro una, la veo con nostalgia, emoción, asombro y si puedo le tomo una foto.
Es un hecho que las abejas están desapareciendo y esto es muy alarmante, es un tema que nos interesa a todos, al menos a los que queramos seguir viviendo en este planeta.
He encontrado, en distintas publicaciones, que las causas principales de la desaparición de las abejas son las siguientes:
Uso de insecticidas
Se ha encontrado que los neonicotinoides, son un compuesto químico en los pesticidas que ha afectado de forma negativa a las colonias de abejas y abejorros. Se usan para el control de plagas en todo el mundo. Fueron dos multinacionales, Bayer y Syngenta, quienes comenzaron a comercializar un tipo de semilla blindada, impregnada con fertilizantes y neonicotinoides. Durante décadas se han vendido semillas de este tipo en todo el mundo, sobre todo de maíz, soja y colza.
Bayer es también fabricante de medicamentos, y acaba de comprar la empresa Monsanto que es fabricante de semillas modificadas genéticamente con la única verdadera intención de ser el líder agrícola global. Da miedo ¿no?
Productos químicos
El uso de sustancias como aromatizantes químicos, detergentes, pueden afectar el metabolismo de la abeja y de insectos benéficos para los cultivos.
Contaminación del aire y del suelo
Una ciudad altamente contaminada reduce la potencia de los mensajes químicos que emiten las flores y a las abejas y otros insectos les cuesta más localizarlas. Sería un círculo vicioso: si no encuentran las flores no comen bien, mientras que las flores no se reproducen al no polinizarse
Cambio climático
Las temperaturas muy altas o muy bajas han modificado los ciclos y el tiempo de floración de las plantas o la cantidad y época de lluvias, esto afecta a la cantidad y a la calidad del néctar.
¿Qué podemos hacer?
A veces nos quedamos sin tomar acciones por falta de conocimiento y no de intención. Pero hay cosas sencillas que, si las hacemos y nos vamos sumando, harán la diferencia. Y sobre todo las futuras generaciones ya sabrán qué hacer.
- Evitar el uso de insecticidas y fertilizantes industriales. Podemos suplirlos por orgánicos, hechos en casa, o los que contengan ingredientes naturales.
- Evitar uso de productos químicos que contaminen el agua, aire y suelo. Existen muchas alternativas naturales para productos de limpieza, higiene, cosméticos, etc.
- Comer saludable. Si comemos alimentos naturales, nuestros desechos no serán tóxicos para el suelo y tendremos un medioambiente más sano.
- Optar por la agricultura ecológica y/o plantar especies que atraigan a los polinizadores