Dar porque amamos, amamos porque hemos dado. De pronto todo hace sentido.
Ya he escrito sobre el amor. Hay tantas ideas sobre el amor como hay personas en el mundo, y filosofías y religiones. Al escuchar al rabino que habla en este video me ha gustado su filosofía.
Con frecuencia el tema del amor lo relacionamos con el dar y el recibir. Y nuestro conocimiento personal sobre el tema tiende a ser parcial. He oído tanto sobre el dar y recibir. “Para recibir hay que dar.” “Si no recibimos no tenemos nada que dar.” “De los demás has de esperar lo mismo que tú estás dispuesto a dar.” “Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta.” “Dios ama al que da con alegría.” “Con regalos se abren todas las puertas.” Frases contradictorias que nos dejan, como siempre, sabiendo que no podemos confiarnos a una regla simple que nos saca de dudas y nos aporta una receta segura a seguir.
Este rabino sugiere que en vez de dar porque amamos, amamos porque hemos dado. De pronto me hace sentido, y me resuena esta idea.
Al escucharlo tuve que pensarlo un momento, y luego me di cuenta que para mí parece ser verdad. Tengo hijos. El hecho de albergarlos en mi vientre y parirlos, cuidarlos, alimentarlos, y proporcionarles lo que necesitaron de pequeños no es solamente una expresión de amor, sino quizá su origen. Eso explicaría cómo es que una familia puede adoptar a un niño y formar un vínculo de amor como si el hijo fuera propia en el sentido biológico.
También he reflexionado sobre la manera en que he formado amistades fuertes y duraderas. Muchas de ellas han surgido porque alguno de los dos en algún momento ha necesitado algo de parte del otro. Al darle a otro, parece que se abre la opción de formar un lazo de amor. Como dice el rabino, al darle a otro me he invertido en esa persona. Al invertirme en la persona, es posible, o incluso probable, que se desarrolle en mí el amor, o que resuene con el estado de amor interno que he desarrollado.
Me queda claro que hay que volver al dar y recibir, porque al parecer estoy dejando fuera el recibir. En realidad no. Creo que es tema aparte. Vaya. Es un ciclo y una energía atrae la otra. La necesidad de recibir se satisface cuando somos capaces de decir “sí” ante las personas que están disponible y dispuestas, que están ofreciéndonos algo. Tendremos que decidir qué sí queremos recibir y qué no, y de quién. Al igual que lo decidiremos en el dar.
También cada uno de nosotros tendremos que contemplar la información y los pensamientos nuestros y de otros para decidir qué es lo que creemos sobre estos temas y qué funciona para nosotros.
Les ofrezco un pensamiento que yo no había oído antes. Me parece digno de considerar.