Por Karina Pérez Cortés
Es una entidad de interés público integrada por personas que comparten ideología, principios, objetivos y una determinada visión de la realidad, que usarán para participar e influir en la vida democrática del país. Sólo los ciudadanos podrán formar partidos políticos y afiliarse a ellos. Los partidos políticos nacionales tendrán derecho a participar en las elecciones municipales, estatales y de la Ciudad de México.
Los partidos políticos habrán de regirse por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y la Ley General de Partidos Políticos y por supuesto, lineamientos y normas internas.
El INE es un organismo público autónomo encargado de organizar las elecciones federales, es decir, la elección del presidente de la República y la de los diputados y/o senadores, así como de llevar a cabo las elecciones locales en los estados de la República y la Ciudad de México. El INE es la nueva autoridad en materia de carácter electoral, que asume las facultades de Instituto Federal Electoral, IFE.
El INE destinará al financiamiento público a partidos políticos el 31% de su presupuesto, equivalente a un monto global de 5 mil 356 millones 771 mil 247 pesos con 26 centavos, según lo definido por el Consejo General en 2015. Sacando cuentas este gasto significa 12 centavos al día para cada ciudadano registrado en el padrón electoral para que “exista un sistema de partidos plural que pueda permitir o que permita la coexistencia pacífica en el país”, explicó en ese entonces uno de los consejeros del Instituto.
Las cifras aprobadas se subdividen en:
- Actividades permanentes ordinarias
- Gastos de campaña
- Actividades específicas en educación, capacitación, investigación socioeconómica y política y tareas editoriales.
- Franquicias postales y telegráficas.
Así en 2015 el partido político que más financiamiento recibió fue el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con $1,375,978,133.66, seguido por el Partido Acción Nacional con un financiamiento total de $1,157,974,667.80, mientras que el último lugar fue ocupado por tres partidos MORENA, Partido Humanista y PES con $120,874,315.01 para cada uno.
Viendo estas cifras podemos entender por qué surgen partidos políticos como el pasto, por qué asociaciones tratan de alcanzar el estatus de partido, por qué los partidos registrados tratan a toda costa de no perder el registro y así poder conservar la beca. En este punto ya no es difícil imaginar a esas familias que han hecho del partido político su modus vivendi, aunque ellos ni siquiera aparezcan en la escena política como los González y el Partido Verde Ecologista que han aprendido el arte de ser un comodín, amafiándose entre tal o cual partido para hacer bulto, ellos llevan al partido unos cuantos votos y el aliado los ayuda a subsistir.
Otro caso práctico, Andrés Manuel López Obrador, quien ha vivido años y felices días sin trabajar, siendo el eterno candidato presidencial, ¿qué vamos a hacer el día que AMLO no aparezca en las boletas electorales?, partidos chiquitos que con uñas y dientes tratan de mantener su registro, partidos que con tal de conservar la beca han empezado a invitar a artistas, deportistas, figuras públicas que lleven agua a su molino y les permita subsistir, no importa que sean analfabetas semifuncionales como Cuauhtémoc Blanco, que el talento lo tenía en las piernas, no en el cerebro.
Ya que gastamos tanto en partidos políticos deberíamos tener la mediana decencia de acudir a las urnas a expresar nuestra voluntad, de exigirles que cumplan cada una de las promesas de campaña, que sean personas honestas, íntegras, preparadas, con alta vocación, que sirvan al país y no se sirvan de él, y ya, así en el último de los casos, que desquiten lo que se les paga.
Ustedes dicen, ¿cuándo formamos un partido?