Por Mayte Cepeda
¿Qué hacer en semana santa? Hay un abanico de opciones y posibilidades grande. Para quienes trabajan, posiblemente se trata de una semana completa de descanso. Para otras personas que también trabajan, puede ser que el descanso se limite solo a un par de días. Y para quienes no trabajan, las actividades y el correr durante todo el día, baja de intensidad y se convierten en un par de semanas en las que todo está más tranquilo bueno, salvo la parte que tenemos niños en casa y desde temprano buscan diversión, distracciones, entretenimiento o lo que sea que los ponga felices.
Por ello, es muy común que como familia, busquemos por hacer algo divertido y entretenido en vacaciones, buscar alguna escapada a una playa, una cabaña cercana, lugares históricos y un sinfín de opciones. Sin embargo, durante la semana santa se puede hacer mucho más que eso, algo ya sea de manera personal o en grupo, en lo que no se requiere salir de la ciudad, únicamente las ganas de hacerlo.
Tocando un poco el lado espiritual y religioso sobre el significado que tiene la semana santa, la cual representa para los cristianos la muerte y resurrección de Jesucristo. Esta semana es antecedida por lo que todos conocemos como la Cuaresma, que es la conmemoración de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto en ayuno. Este mismo período nos invita a pensar un poco y hacer algo de reflexión acerca de lo que somos, tenemos, hacemos y de lo que somos vulnerables.
Cuando era chica, pensar en la idea de la semana santa, automáticamente era significado de vacaciones y diversión. Poco a poco y a medida que ha pasado el tiempo, ese significado ha ido cambiando. De esto precisamente quisiera escribirte.
La gran inmensidad de actividades que realizamos a diario, pocas veces nos dejan espacio y tiempo suficiente para hacer trabajos mentales y recuentos sobre lo que pasa en nuestras vidas. Por eso, si de repente nos topamos con unos días de descanso y tomando sobre todo en consideración el significado que tiene la semana santa en la historia de la humanidad, parece ser el momento indicado para hacer una pausa y buscar la introspección y la reflexión personal. Algo así como una bocanada grande de aire que nos permita limpiar la casa (me refiero a la mente, no literalmente a tu casa), y limpiar espacios para dar oportunidad de que lleguen nuevos pensamientos, emociones y planes.
La oración y la reflexión pueden ir perfectamente de la mano en estos días de descanso y tranquilidad. Meditar sobre la idea del significado que tienen los sacrificios que han hecho por nosotros y que nosotros somos capaces de hacer por los demás, meditar sobre lo que hemos hecho de nuestras vidas y las áreas de oportunidad en las que podemos avanzar un poco y ser mejores personas. O bien, si sabemos que hay algún tema que “emocionalmente” está atorado por ahí, ahora es cuando podemos tomar cartas en el asunto y procurar depurar esos “atorones emocionales” que a veces nos saturan.
La semana santa puede ser entonces, esa excelente oportunidad de buscar como estar mejor con nosotras mismas y con las personas que tenemos a nuestro alrededor. Namasté.
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