Sal de los estereotipos, haz lo que la gente común no está dispuesta a hacer y toma acción en tu vida.
Por Champaca Treviño
Congruente, creativa, líder, apasionada, innovadora, fuerte, decidida, optimista, creadora de vida y por qué no, también soñadora. ¿Es tu siguiente proyecto ser una mujer emprendedora?
Como mujeres estamos llenas de sueños, objetivos y metas. En algún momento sentimos que queremos hacer algo más, abrir una nueva faceta en nuestras vidas, emprender un proyecto de trabajo; si esa es tu situación te recomiendo analizar los siguientes puntos que te pueden ayudar en la decisión que vayas a tomar.
- Analiza ¿para qué quieres emprender?, en lugar de por qué.
- ¿Estás buscando desarrollarte trabajando desde tu casa o fuera de ella?
- ¿Qué tiempos y horarios piensas destinar, de acuerdo a tu rol de vida?
- ¿Qué tan dispuesta estás a preguntar, escuchar y aceptar las críticas?
- ¿Cuál será tu plan A o B y, tal vez un plan C, si se requiere, para un balance saludable entre tu vida personal y del negocio?
- ¿Qué tan dispuesta estás a cambios inesperados en el trabajo y en tu vida?
- Si ya tienes definido todo lo anterior, ¿de quién te vas a apoyar para definir tu misión, visión y valores que deseas imprimir en tu proyecto, para poder desarrollar un adecuado plan de negocios?
Convertirte en emprendedora siempre será un tema tentador por todo lo que conlleva.
No tomes ninguna decisión sin haber pasado un tiempo considerable pensando y visualizándote en el campo o área en la que quieres desarrollarte profesionalmente. Necesitas información y análisis para tener tu idea lo más clara posible ya que supone un fuerte compromiso personal, no es por seguir a alguien, tampoco por ir con la moda, mucho menos por querer sentirte productiva o bien contigo misma. Emprender va más allá de todo esto, es darle ese sentido a tus ideales.
Busca estar consciente de las ventajas y beneficios que da el ser emprendedora: libertad económica, aprendizaje, sentido de vida. Así como la otra cara de la moneda: miedos, incertidumbre, retos y problemas que tendrás que superar.
El compromiso no es con nadie más, sino contigo misma. Debes ser perseverante, dedicada, ofrecer la mayor calidad, pero sobre todo ser feliz, disfrutar lo que haces para poder lograr tus objetivos y determinar si es la mejor decisión que has tomado.
Sé flexible contigo misma, la vida constantemente te va a arrojar retos como: los niños enfermos, la niñera que cancela, tu auto averiado, un malestar físico, compromisos sociales y del colegio, deja que la vida lleve su curso, no puedes volar de un lado al otro. Ten la libertad para poder ajustar tus horarios, para poder compartir más tiempo con tu familia, es la mayor alegría que te otorga el trabajar de forma independiente.
Te sugiero que te hagas muy amiga de la tecnología, ten todo tipo de herramientas a las que puedas acceder en cualquier lugar o momento para sacar adelante tus compromisos tanto de casa como de trabajo, formas de agilizar y facilitar las tareas.
Y lo más importante, es que más que un negocio que permita un recurso económico, es encontrara cómo hacer que lo que emprendes te deje algo más que dinero. Esa satisfacción tan difícil de explicar y que como mujeres buscamos. Qué podemos aportar a nuestra sociedad, cómo poder retribuir un beneficio a mi comunidad. Ten un propósito adicional a cumplir tu meta empresarial; ayudar a otras mujeres a emprender, fomentar el espíritu emprendedor en tus hijos, aprender para ser un vínculo de aprendizaje hacia otras personas, apoyar en la prevención de la violencia, ¿qué puede ser? Esa respuesta solo tú la tienes en tu interior.
Eres capaz de darlo todo sin cuestionar, de madrugar para lograr tus sueños, la mayor motivación la vas a encontrar en ti misma cuando abras tus ojos a nuevos ideales, sin expectativas, sin límites, comprenderás que tienes todo para emprender y que esto implica tener la posibilidad de que puedas cambiar el mundo, no olvides nunca que ser madre jamás será un impedimento para realizarte como empresaria, busca dentro de ti y encontraras todas las respuestas. ¿Vale la pena ser emprendedora? Por supuesto que SI.