La mejor manera de corregir nuestros “errores”

La verdad corregirá todos los errores de tu mente.

Por Valeria González

Cuando estaba estudiando en la universidad tomé un taller de actuación basado en la técnica que el director ruso Konstantin Stanislavski desarrolló a comienzos del siglo XX. La idea consiste en que el actor viva en carne propia las circunstancias del personaje que tiene que interpretar, vivirse como él, meterse completamente en su mente y sus emociones, de esta manera llega a pensar y sentir como si fuera realmente el personaje. Es una técnica muy controversial porque no han sido pocos los actores que quedaron medio chisqueados por personajes que representaron utilizando esta técnica. Uno de los casos más famosos es el de Heath Ledger quien, para interpretar al Guasón en la película de Batman, se aisló completamente en un hotel por dos meses, donde estuvo metiéndose en la psicología y locura del personaje, incluso hacía anotaciones en un cuaderno como si fuera realmente el Guasón. Cuando estaban filmando la película, y a causa de su compromiso con el personaje, Heath Leadger sufrió de insomnio, ataques de pánico y paranoia.

No es difícil imaginarme los problemas que conllevaría olvidar quién eres, para representar a otra persona en un papel. Si a un actor le sucediera esto, tendría que recordar nuevamente quién es y desapegarse de su personaje.

Es medio loco que, de pronto, el actor quiera resolver los conflictos que tiene el personaje que representó. Si yo fuera actriz y me comprometiera tanto con el rol dramático de una huérfana maltratada con un esposo alcohólico, y comenzara a sentir cómo mi identidad se fusiona con la del papel que me tocó representar, sintiéndome completamente ansiosa y con miedo a vivir, lo más sensato sería que yo hiciera un trabajo de desapego para recordar quién soy, porque sería absurdo que mi forma de resolver esa maraña de emociones fuera tratar con el psicólogo “mi orfandad y mi codependencia del alcoholismo de mi esposo”. No puedo solucionar el conflicto desde el personaje, es sólo el trabajo interno para recordar quién soy lo que me salvaría de la locura. En el momento que el actor recuerde quién es, todos esos miedos y conflictos desaparecerán.

¿Qué fuerte verdad? Que un actor se quede atrapado en un personaje. Esto es una metáfora de cómo vivimos nuestra vida. Hoy puedo ver los roles que me tocó representar en mi vida, un rol de esposa, hija, madre, estudiante, buena, mala, responsable, irresponsable, carente, acomplejada, fiel, egoísta etc. ¿Cuál es el personaje? Mi personaje es creerme un cuerpo, sin cuerpo no hay personaje.

La manera en que mi programación mental lucha con todos mis “defectos, errores y vicios” es pensando que tengo que esforzarme, hay un trabajo y esfuerzo duro que hacer para sanar todo eso. Y así fue como lo hice por mucho tiempo, era como la actriz que trata de resolver sus conflictos emocionales desde el personaje, por más esfuerzo que hiciera analizando y desmenuzando en terapias de cualquier tipo, no lograba efectos duraderos, o si lograba algo, era sumamente endeble a cualquier eventualidad.

Una de las lecciones más importantes de Un Curso de Milagros es, “la verdad corregirá todos los errores de mi mente”. Hoy puedo asegurar que soy testigo de eso.

No hay esfuerzo, no hay trabajo forzoso, solo tengo que poner la mente en donde SOY y la ilusión del personaje desaparecerá. Cuando aprendo a mirar lo que SOY, no solo desde el intelecto sino sintiéndolo, comprendo que no soy lo que creía ser. Mi personaje puede decir: “Es que tengo miedo a al fracaso, tengo miedo a no tener, a ser abandonada, me causa aprehensión mi imagen física, me cuesta comprometerme por miedo a ser herida, ¿cómo trabajo mi miedo a no ser importante? y ¿cómo sano mi necesidad de controlar todo?

Ciertamente muchas terapias ayudan, me ayudaron en su momento algunas y en otras me la pasé analizando lo que hizo mi madre, mi padre, sin lograr sentirme completa y plena. Hay otra manera de hacer las cosas. Si me ocupo solamente de subsanar la idea de quién soy en verdad: ese SER espiritual completo, pleno, perfecto, totalmente amado y aceptado, entonces puedo olvidarme de analizar y desmenuzar tanta cosa. Casi sin darme cuenta en los momentos en que me conecto y siento mi espíritu perfecto, todo los “conflictos” se eliminan, desaparecen todos aquellos problemas que creía tener, no hay ni siquiera necesidad de perdón, porque en el espíritu no hay falla alguna, ni en mí ni en nadie. Y lo milagroso es que no tuve que hacer nada, solo recordar QUIÉN SOY.

Al ego le gusta creer que esto es posible pero muy, muy difícil, algo casi inalcanzable solo para iluminados y santos, y así me excluye de mi estado natural donde el ego se desvanece. ¡Cómo puede ser difícil recordar mi estado natural!

Al principio esos momentos de luz eran muy esporádicos, instantes milagrosos que hacían que cambiara por completo mi forma de percibir el mundo. Ahora mi voluntad es que este estado sea constante. Ya no son muchas chambas, ahora solo es una y claro que implica disciplina, más no esfuerzo. ¡Es como si me dijeran que tengo que ser disciplinada en comer un helado de chocolate todos los días! En un primer momento me parecía casi imposible por ese sentimiento de inmerecimiento, pero cuando mi voluntad se alinea con mi verdadero ser, todo se acomoda para que pueda experimentar mi estado natural.

Hay muchísimos caminos, recuerdo que mi maestro de yoga decía que conocía muchísimos casos donde la meditación diaria, ese encuentro con el SER, era suficiente para romper con adicciones de muchísimos años. Hay otros que tras una experiencia mística cambiaron radicalmente su vida. Yo soy estudiante de Un Curso de Milagros y para mí ha sido un cambio de 180°.

No soy el personaje, soy espíritu, no soy un cuerpo, no soy el Actor. Lo único que necesito es ser consciente de la presencia que soy, y ahí comprendo mi atemporalidad, la paz y la dicha que moran en mí. Muchas veces, en mi camino espiritual me he sentido abrumada por todo lo que tengo que aprender, por todo lo que tengo que deshacer y sanar. Después me doy cuenta que es solo una idea la que tengo que sanar y es solo recordar que no soy el personaje, vuelvo al espíritu y recupero la paz y la dicha. También hay momentos en que regresan todos esos conflictos del personaje, más con un cambio en mi percepción de quién soy se desvanecen. Es como prender la luz en un cuarto obscuro, no quedan pedazos de oscuridad, la luz lo abarca todo. La verdad corrige todos los errores de mi mente.

Valeria Gonzalez

Valeria González, esposa y mamá de una niña y un niño. Estudió Ciencias de la Comunicación, aunque profesionalmente se ha dedicado a la industria restaurantera. Actualmente se siente feliz siendo ama de casa ya que solo dedica unas horas a la semana a los restaurantes. Inicia su búsqueda o madurez espiritual con Yoga kundalini y más tarde y desde hace casi 4 años con Un Curso de Milagros y ahí dejo de buscar más no de aprender.

6 Comments

  1. Responder

    Luz Elena Mtz

    mayo 3, 2017

    Me encanto Vale muchas Felicidades sigue igual ?????Me sorprendiste

    • Responder

      Valeria

      mayo 4, 2017

      Muchísimas gracias Luz Elena por acompañarnos en este camino tan gozoso!

  2. Responder

    Juan Antonio Garcia V

    mayo 3, 2017

    Termine de leer tu mensaje y me lleno por completo de felicidad es lo que he encontrado al iniciar en estudiar este curso de milagros este año 2017 mucha felicidad al saber que vuelvo al espíritu.
    Valeria soy el esposo de Luz Elena.

    • Responder

      Valeria

      mayo 4, 2017

      Gracias! Que bendición que los dos estén en este camino juntos. Mi esposo es mi gran maestro, ahora de una relación especial tenemos una santa. Muchas gracias por el libro. Me gustó mucho.

  3. Responder

    Daniela

    mayo 4, 2017

    Wow, me encantó, muchas gracias por compartir.

  4. Responder

    Pablo

    septiembre 14, 2017

    Hola Valeria, soy Pablo de Montevideo, Uruguay. Que bueno lo que escribiste…justo tocaste un tema que me apasiona como es la actuación ya que es mi trabajo. Hace 18 años que trabajo de actor en teatro. Es cierto lo que decís, hay actores que han hecho muchas locuras….pero cabe aclarar que la tècnica de Stanislavski no pretende que te olvides de quien eres nunca. Ya que si lo haces dejarías de estar actuando….la gracia de la actuación justamente es hacerlo que parezca real pero no olvidarte nunca de quien eres. El propio Stanislavski fue cambiando a lo largo del tiempo y modificando cosas de su técnica. Y lo más importante Stanislavski decía “No te ames a ti en el arte, ama el arte en ti mismo” y “El actor no es dueño de si mismo, no es el actor el que crea, es su naturaleza expresándose a través de él, el actor es sólo un instrumento”….fijate que maravilla y si los actores lograramos vivir de acuerdo a esa idea…sería increible porque tiene un potencial de transformación grandioso y se terminarían todas las luchas de egos y muchos conflictos que existen en el mundo del teatro. Cuando un actor lo hace por puro placer simplemente por el puro goce de lo que está haciendo sin querer ni necesitar más nada, ahí la tarea está cumplida y no necesitas ni premios ni reconocimientos…porque sabes que no eres tú el que lo has hecho, tu sólo te has entregado con todo placer y amor a ser el instrumento, y no tienes nada que defender ni nadie a quien atacar. La frase “El actor no es dueño de si mismo” sería como en “Un curso de milagros” la idea de que tú no te has creado a ti mismo…y es la vida, universo o Dios expresándose a través de ti……cuando has aprendido ésto, sábes que al final ni los personajes que haces arriba del escenario ni los que haces abajo el resto del día ninguno es tu esencia, ninguno eres tu….son sólo muchos posibles personajes que puedes jugar en éste sueño…..gracias una vez más por lo que has escrito…un abrazo desde Uruguay!!

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