Por Ivonne Orozco
Llegó mayo enfundado en un vestido de rosas rojas, con perfume de mujer, tierno y muy abrasador. Mi madre solía celebrarse ella, no importaba si alguno de sus hijos se atreviera a no felicitarla, era fiesta y era jolgorio. Éramos niñas y ella ponía la mesa, con platos peltre, un mantel de colores y una jarra de tupper. Poníamos los regalitos que hacíamos en la escuela después del ya famoso festival de día de las madres. Vestidas aún de ratonas, norteñas o veracruzanas, nos sentábamos a comer con ella, de seguro no había festejo más grande que éste. Ella estaba feliz y nosotras también. La comida era la gran invitada, mi madre se lucía, no importaba que ella cocinara estaba celebrando el gran premio de la vida: ser mamá. Hacía unos macarrones con estofado de pollo, deliciosos. Daré la receta del estofado, violando los códigos secretos de su tradicional guiso:
Ingredientes:
5 piernas de pollo, sin piel
5 muslos de pollo, sin piel
3 papas grandes peladas y cortadas en cubos
5 zanahorias peladas y cortadas en cuadritos
1 taza de chicharos, ya sin vaina
5 tomates asados y molidos
8 pedazos de cebolla asada
2 dientes de ajo asados
1/4 de taza de aceite de maíz
Sal y pimienta al gusto.
Preparación:
Ponemos en una charola para hornear el pollo, el cual barnizamos de aceite y salpimentamos las piezas. Después ponemos la papa, la zanahoria, el chícharo, los trozos de cebolla asada y el ajo. Vertimos la salsa y agregamos un poco de sal. Precalentamos el horno a 150 grados, cubrimos con papel aluminio y metemos al horno a 200 grados por 50 minutos. A los 20 minutos revisamos y si estuviera un poco seco se agrega una taza de agua. Se vuelve a tapar hasta que la carne se desprenda del hueso, ósea 30 minutos más. El tiempo puede variar por algunos minutos, según el horno.