Por Liliana Mendoza
A las 16 semanas de mi embarazo supe que esperaba un niño, dije, ¡un hombre!, y ¿ahora qué voy a hacer?, yo sé cosas de niñas, pero de niños nada. Cuando hay figura paterna presente no es gran problema, las mamás dan por hecho que el papá, en cierta manera, se encargará de formar la personalidad de un hombre, pero en mi caso y en el de muchas otras no.
Sin embargo, no estamos solas, tenemos a nuestro lado a hombres que pueden fungir como figura paterna y dar un gran ejemplo, en mi caso tengo a mi papá y a mi hermano, que son hombres extraordinarios.
Es un gran trabajo y responsabilidad, criar y educar a un hombre, y creo que más para una mujer sola. En lo personal, me gustaría que mi hijo fuera un hombre de bien, y principalmente un hombre con plena conciencia de su realidad. Al ser plenamente consciente, Diego será un hombre responsable, trabajador, honesto, respetuoso y feliz. No es mucho lo que deseo, creo, es lo básico para ser un hombre de bien.
Mucha gente me decía, “¡Ya tienes quien te cuide!, ¡Es tu príncipe azul!”. ¡No!, mi hijo no es mi príncipe azul, ni va a estar conmigo siempre, prefiero formar un adulto que sepa cuidar de sí mismo, que sea independiente y responsable; sé que nuestro lazo es interminable y muy fuerte, yo siempre seré su mamá y el mi hijo, estaremos el uno para el otro, sin condición.
Mi trabajo formativo de Diego apenas comienza, pero ¿cómo lo haré? Pasan por mi mente cosas como resaltar cualidades positivas de los hombres que vemos día a día; los modelos ejemplares o a seguir son importantes y se encontrarán en cada aspecto de la vida de nuestros hijos. El otro día leí que los niños, (género masculino), necesitan hombres, pero no necesariamente padres. Hemos visto casos de familias tradicionales en la que, si hay papá, pero no es un padre presente o formador. Recuerda, la sangre no hace un papá o mamá. Algo que considero de suma importancia es tratar de no tener actitudes u opiniones negativas sobre los hombres, por más agudas que hayan sido nuestras circunstancias o experiencias.
Le enseñaré lo valiosa que es una mujer fuerte. Lo último que necesita mi hijo es ver una mujer débil, quejándose sobre su situación. Ver a su mamá fuerte es de suma importancia ante los ojos de mi hijo. Sé que tendré que aprender muchas cosas de niños y espero que mi ejemplo sirva para que en el futuro mi hijo respete a todos los que le rodean.
Este trabajo formativo no es exclusivo de mamás solteras, si eres casada, también tu ejemplo será de suma importancia para el futuro de tu hijo. Sé que nos equivocaremos muchas veces, pero es posible rectificar el camino si mantenemos la mirada fija en nuestra meta.