Por Laura de la Peña
“Si me detengo a ver qué dicen todas las canciones, no voy a tener nada que escuchar”, algo así decía un comentario que leí, no hace mucho, en internet, acerca de una de las tantas controversias que hacen erupción, gracias a la gente en internet, que no acepta más discurso de odio y degradación en nuestra cultura popular, en este caso, en las canciones que llegan a las listas de popularidad. Todos conocemos algún ejemplo, no perderé tiempo en mencionarlas ni darles más tiempo de lo que han tenido.
La canción es la forma musical que más adopta la gente. La canción es reflejo de la cultura popular y también crea momentos, dentro de la misma, como cuando Beyoncé nos regaló la línea “I woke up like this” o en un tono más serio, “Imagine” de John Lennon. Y lo más importante, esperamos vernos reflejados en sus letras, Adele le debe su carrera a todos los corazones rotos del mundo que se identificaron con sus canciones y lo que dicen. Así que cuando se presentan ejemplares con mensajes negativos, es una reacción normal expresar nuestro descontento.
Por el otro lado, la libertad de expresión es fundamental para la humanidad, las letras de las canciones son buen medio para explorar nuestras emociones, y también el cantautor no siempre escribe a partir de una experiencia propia, aunque es curioso cómo la audiencia no duda en asumir que lo hace, es probable que sea la única disciplina artística en la que ocurre esto. Mi ejemplo favorito es Regina Spektor, en cada una de sus canciones adopta un personaje diferente, como en “Chemo Limo”, es la historia de una mujer con múltiples hijos a la que le diagnostican cáncer.
¿Qué tanto de verdad contienen las canciones que han hecho ruido últimamente? Tal vez, no mucho literalmente, pero es, como ya mencioné: el reflejo de nuestra cultura creará influencia. Yo también me sumo a la creencia de que ciertas letras pueden crear un impacto ya sea positivo como negativo.
A final de cuentas, creo que es un tema complicado. Si bien no podemos censurar, tenemos el poder de no consumir arte o entretenimiento que encontremos problemático, la responsabilidad queda en nosotros como la de ayudar a abrir la discusión para nuestra propia reflexión.
Y para contestar, una segunda vez, al comentario “Si me detengo a ver qué dicen todas las canciones, no voy a tener nada que escuchar”, dejo la playlist de la semana con ejemplos de artistas con fortaleza cuyas letras vale la pena escuchar.
Feist, “I feel it all”
Natalia Lafourcade, “Hasta la raíz”
Norah Jones, “Sunrise”
Nina Simone, “My baby just cares for me”
Cat Power, “Ruin”
Sarah Slean, “Weight”
Fiona Apple, “Criminal”
Tori Amos, “Caught a lite sneeze”
Laura Marling, “Soothing”
Ely Guerra, “Vete”
Glasser, “Apply”
Maggie Rogers, “On + Off”
Bat for Lashes, “Daniel”
iamamiwhoami, “Chasing kites”
Róisin Murphy, “Overpowered”
Goldfrapp, “Ride a white horse”
Marina and the Diamonds, “Primadonna”
Alma, “Karma”