Por Susana Veloz
Esta vez me gustaría dedicar mi columna a un tema que de alguna y otra manera engloba a las mascotas: la naturaleza.
Hace aproximadamente 18 años, los científicos James E. Wandersee y Elisabeth E. Schussler acuñaron un término para definir la incapacidad de algunos seres humanos para notar las plantas que los rodean: la ceguera vegetal.
Hoy en día, gracias al voraz crecimiento de nuestras ciudades, ese término se ha expandido sin duda al reino animal.
¿Cuántos de nosotros sabemos identificar las aves que visitan nuestros jardines? ¿identificar una araña venenosa de una totalmente inofensiva? O ¿cuántos sabemos que las famosísimas “cuijas” se alimentan de los molestos mosquitos?
En algún momento entre las clases de matemáticas, español y nuestros hogares, perdimos todo contacto con lo natural a nuestro alrededor. Hoy, el contacto más próximo con la naturaleza para muchos de nuestros pequeños será un triste parque cubierto con concreto, juegos de metal y algunos árboles mal atendidos.
Y en un futuro este alejamiento podrá traer funestas consecuencias para la protección del medio ambiente y los recursos naturales que ya hoy en día se encuentran en estado crítico.
Retomar entonces la educación ambiental o natural en la escuela como en los hogares se vuelve un recurso que al mismo tiempo sirve para que los chicos salgan de sus casillas tecnológicas y que logren tener un mejor entendimiento de la conexión que existe entre el bienestar de la madre tierra y el nuestro.
Al respecto, me gustaría recomendarles un excelente libro: Tú eres la tierra, de David Suzuki.
Canadiense de origen japonés, David Suzuki cuenta con una excelsa trayectoria en el mundo del activismo medio ambiental. Con 81 años de edad, este genetista ha logrado consolidar grandes avances en el movimiento de protección al ambiente en su país natal y en el mundo entero. Mejor conocido por sus programas televisivos de naturaleza, Suzuki cuenta ahora con una fundación (David Suzuki Foundation) a la cual uno puede recurrir para conocer más sobre temas como cambio climático, salud, océanos, vida silvestre y agua.
Su publicación Tú eres la tierra, (2005), traducida al español, es una entretenida herramienta para padres e hijos (de 11 a 15 años de edad) que nos aproxima a una nueva educación ambiental. Con historias y prácticas concretas, los 8 capítulos del libro cuentan no sólo la historia de la tierra, sino nuestra estrecha relación con ella y con el resto de sus habitantes.
Así mismo, sobre la marcha, encontraremos lindas ilustraciones que nos hacen analizar los problemas de nuestro tiempo: la explotación de recursos, el consumismo y la acumulación entre otros temas. Algo que definitivamente se debe enseñar a las nuevas generaciones, si deseamos que hereden un mundo al menos con la mitad de recursos y belleza de cómo lo recibimos nosotros.
Hoy, mientras algunos proclaman que el mundo natural no ha sido afectado por el ser humano y que el cambio climático es un invento chino, se vuelve aún más importante educar a las nuevas generaciones en la resiliencia y el respeto por este planeta. En menos de un siglo, las alteraciones del clima, la escasez de recursos como el agua, la contaminación de mares y aire y la pérdida de biodiversidad, han creado un estado en el cual está de por medio nuestra propia sobrevivencia.
Reeducar para valorar nuestra tierra puede ayudarse de herramientas como éstas que no solo educan con conocimientos, sino creando nuevas habilidades en los jóvenes para crecer en una cultura mucho más amorosa con el medio ambiente y su diversidad.
Los invito a conseguir y leer este valiosísimo libro.