Por Laura Prieto
Los tatuajes cambian con el tiempo, los diseños marcan épocas y al paso de los años, tatuajes que en el pasado nos encantaban y añorábamos tener, hoy en día no les vemos mucho sentido. ¿Quién no conoce a alguien que lleve un Ying Yang?, hace más de dos décadas era muy popular, los Looney Tunes estaban de moda, quien llevaba un demonio de Tazmania era un temerario, Piolín para los tiernos, llegaron los tribales en la cadera para las mujeres, era el tatuaje sexi que todas querían, las letras chinas, los caminos de estrellas.
Hay tatuajes que son pedidos por algunos años y de repente ya no más, y otros son atemporales, buenos por siempre. Pero, ¿qué puedo hacer si ya no me gusta mi tatuaje? Hay varias opciones si tu tatuaje ya no te hace feliz, una de ellas son los cover up. Tal vez el diseño ya no te gusta, pero sigues teniendo gusto por los tatuajes, entonces cubrir tu tatuaje con un nuevo diseño es buena opción. El método consiste en buscar un diseño un poco más grande de lo que ya tienes tatuado, y elegir colores que se adapten a lo que tienes. Aquí es buena idea pedirle consejos a tu tatuador.
Si tu tatuaje ya no te gusta y, además tener tatuajes ya no te parece una buena idea, existen diferentes métodos definitivos para removerlos. Aunque algunos son dolorosos y dejan cicatrices indeseadas, otros dan óptimos resultados. A continuación, te explico las opciones actuales, un punto importante que debo mencionar es que los métodos que menciono se deben de hacer por profesionales de la salud, de preferencia especializados, como dermatólogos o cirujanos plásticos.
Existe la eliminación por estiramiento de piel, en México, la seguridad social ofrece esta opción. Es una cirugía ambulatoria, consiste en meter un globo debajo de la piel tatuada, se infla poco a poco, lo que permite a la piel expandirse, cuando se tiene suficiente tejido, la piel se corta, se sutura y lo que queda es una cicatriz lineal. Parecido a esto, cuando tienes tatuajes alargados, como alguna palabra, algún tribal, de tamaño pequeño (máximo 10 cm de largo aproximadamente). De igual forma se puede cortar, se hacen dos incisiones curvas, y queda un corte en forma de ojo se retira la piel y se cose, el resultado es una cicatriz en forma de línea.
El láser es uno de los métodos más efectivos para remover tatuajes, aunque es lento ya que requieren varias sesiones y generalmente es muy caro. ¿Cómo actúa? El láser envía cortos disparos de luz que entran a través de la piel, llegando al pigmento y calentando cada partícula de tinta hasta hacerla estallar. Sesión tras sesión, estas partículas se van haciendo más pequeñas, y es posible eliminarlas a través del sistema inmune. Esta opción es efectiva, pero muy dolorosa.
La luz pulsada intensa también es efectiva, trabaja de forma similar al láser, pero menos dolorosa y con menos riesgo de desarrollar cicatrices o pigmentaciones inusuales.
Una manera muy popular en internet, pero poco efectiva es la abrasión. Es común ver en sitios de internet la abrasión por sal, y consiste, sencillamente, en raspar la piel con sal, hasta llegar a la segunda capa de piel. Esto no es muy bueno, si se hace de manera casera, puede derivar en cicatrices e infecciones. Hay médicos que usan la abrasión, con anestesia local y usando lijas especiales, el proceso es lento y doloroso, poco recomendado.
Eliminación por escisión, con este método se corta una pequeña parte del tatuaje cada sesión, el proceso, dependiendo del tatuaje puede ser muy largo y doloroso, además que deja cicatrices indeseadas.
Cremas y lociones, actualmente se venden cremas milagro en internet, pero son cremas ácidas, muy abrasivas, que terminan quemando el tatuaje, si lo borran, pero quedan cicatrices queloides.
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Hablando de las opciones que tienes para remover ese tatuaje indeseado, mi consejo final es que, para evitar estos largos y dolorosos procesos, siempre lo pienses bien antes de hacerte un tatuaje. Elige un diseño que vaya contigo, no que esté de moda, porque las modas pasan, pero tu tatuaje se queda.
Y tú ¿tienes algún tatuaje indeseado?