Sin temor a equivocarme, una de las cosas que la gente se pone en la mente cuando va a empezar a practicar yoga es el tema de la flexibilidad.
Por Mayte Cepeda
Creemos que, si no somos flexibles, no tiene caso intentar las posturas de yoga; pensamos que yoga es sinónimo de persona flexible que puede hacer posturas y contorsiones. Y déjame decirte que eso es algo totalmente equivocado.
Cuando hablamos de flexibilidad de los músculos que integran el cuerpo físico, estamos frente a una condición que permite mayor movimiento y recorrido articular sin el riesgo de dañarnos o lastimarnos. Tener músculos flexibles significa una mayor posibilidad de mover el cuerpo, estirar, doblar, arquear, alargar, y todo esto, sin dolor.
“Decir que no eres suficientemente flexible para yoga, es como decir que estás demasiado sucia como para tomar un baño”. En algún lugar leí esta frase, desconozco quien la dijo, y bueno, más que frase es un sarcasmo, una excelente manera de decirte a manera de chiste, que cuanto menos flexibles somos, mayores son los beneficios de practicar yoga y de lograr un estado de salud óptimo, y así entendamos que ser inflexible es una de las razones por las que con mayor razón conviene hacer yoga.
Ahora, hay un tema muy importante a tomar en cuenta respecto al yoga. Algo que es común pensar, o que la gente nos hace pensar y que tampoco es verdad. El yoga no se trata de una práctica exclusiva de personas jóvenes, delgadas y atléticas. Desafortunadamente existen medios falsos de información y mercadotecnia que en ocasiones venden ideas falsas en torno al yoga que trabaja con posturas físicas (hatha yoga).
Es necesario saber que la práctica de yoga se adapta a ti y no al revés. Esta disciplina respeta y atiende a tus necesidades, condiciones y características, tanto las de tipo físico como mental y emocional. ¿Qué quiero decir con eso? Que un pequeño de 8 años seguramente tendrá condiciones físicas y mentales muy distintas a las de una persona de 80 años, entonces las posturas entre una persona y otra, obviamente serán distintas, de acuerdo al grado de complejidad que pueda manejar quien las practique. Incluso, puede ser que los beneficios que yo obtengo de realizar mi práctica de yoga sean distintos a los que tú obtienes, y no por eso se trate de prácticas distintas, si no adaptadas para cada quien, de acuerdo a las necesidades de cada quien.
Otro aspecto importante a considerar es que para aquellas personas que son súper flexibles y cuentan con una capacidad de elasticidad envidiable es, que no obstante sus posturas de yoga pueden ser sencillas y hasta cierto punto cómodas, puede presentarse un riesgo, es decir, el estar muy cómoda realizando una postura de yoga puede influir en que olvidemos aspectos básicos como el respirar correctamente, el mantener plena consciencia de los bandhas o candados energéticos, que son los que nos ayudan a que la energía y calor interno que estamos generando con la práctica (prana) no se disperse, o el evitar distraerme volteando a ver otras cosas en lugar de respetar mi drhisti o enfoque visual, ya que si tengo este tipo de descuidos en mi práctica, esta no será de calidad, e incluso, corro el riesgo de lastimarme.
Así que, viéndolo bien, no está tan mal el no ser flexible, ya que el realizar las posturas de yoga poniendo esfuerzo extra y sacrificio, hasta cierto punto es benéfico, ya que te hace ser más consciente de lo que estás haciendo, y como te cuesta más trabajo hacer la postura a que si fueras flexible, eso te ayuda a poner más atención y cuidado, a fin de obtener el beneficio de la postura, hayas doblado, arqueado o estirado hasta donde hayas podido, esto debido a que no a todos nos cuesta el mismo grado de dificultad o sencillez hacer equis o ye postura.
La condición de ser flexible atiende a diversos factores, como la genética, la edad, las condiciones climatológicas en las que vivimos (entre más cálido sea el clima, mayor será la flexibilidad del cuerpo), las posturas a las que acostumbre a mi cuerpo, y otros factores. Ahora bien, lo que es un hecho es que de vital importancia procurar mover al cuerpo, con yoga, o con el deporte que elijas, ya que un cuerpo acostumbrado a no moverse, genera problemas físicos, debilidad y atrofias musculares que son perfectamente evitables. Así que ahora que ya lo sabes, si eres o no eres flexible, no importa. Prueba el yoga y sus deliciosos beneficios. ¡Namasté!
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