El secreto está en entrar en una especie de juego con nuestros hijos, compartir la experiencia con ellos desde su percepción.
Por Kim Dewey
Viajar con niños es otro rollo. Recuerdo mis idas y venidas sola, entre aeropuertos, horas de espera con todo el tiempo del mundo para leer, escribir o sentarme a tomar un café.
Después nació mi hija y se convirtió en mi compañerita viajera. Nuestro primer viaje juntas fue a sus tres meses de nacida. Desde entonces hemos hecho varios viajes solas. Sinceramente los primeros dos años fueron super tranquilos. Rápidamente ella se acostumbró a la logística de los viajes en avión, a los sonidos, a las filas y toda la movida. Yo no necesitaba nada más que mi rebozo/cargador, mi chal, una cobijita, cambio de pañal, un juguetito y un munchie o botanita. No más que eso. Tomando en cuenta que seguíamos con lactancia a demanda y no tenía que cargar con biberones, fórmulas ni chupones.
Para viajar con un bebé o hijo pequeño, menor de dos años, lo máximo es amamantar y portear: hace todo más simple, fácil y ligero.
Ahora, viajar con niños pequeños, edad kinder, ¡uff! ahí si cambia la cosa. Justo hace un par de meses viajamos mi hija y yo solas, un viaje de más de 15 horas, esta vez ella de tres años y medio y yo embarazada. Con escalas, cambios de avión, horas de espera, largas horas de vuelo, pasando por migración, aduana y demás.
De esta experiencia, de entrada puedo decir que definitivamente se necesita mucho más energía, atención y paciencia, más algunas otras “cositas” que pueden hacer el viaje más feliz y llevadero para todos y que aquí te comparto.
Tomando en cuenta que trato de viajar ligero, dentro de las posibilidades y muy consciente que los niños son niños, están llenos de energía, quieren jugar, se cansan, hacen ruido y necesitan nuestra atención y contención. Acá entra nuestro sentido común como madres y los límites que ponemos. Siempre habrá grinch antiniños, pero también siempre habrá personas amables y amigables.
Aquí van mi top tips y lo que no puede faltar para viajar con niños pequeños.
Antes que todo: respirar y entrar en modo paciente y relajado para bajar la velocidad y adaptarse lo más posible, a los tiempos lentos/curiosos de los niños. Obvio, con poco tiempo, vuelos atrasados o situaciones inesperadas es otra cosa. Fuera de eso, soy de la idea que el mundo puede ser amigable con los niños. Hasta ahora he tenido en su mayoría buenas experiencias: señoritas del check-in pacientes, azafatas que saludan y le hablan directamente a mi hija, vecinos de vuelo que al menos le sonríen a mi hija, otros hasta le sacan plática. Creo que esto los niños lo perciben y hace que convivan mejor con el entorno.
Qué llevar o preparar con anticipación:
Botellita de agua natural con tapa antiderrame.
Munchie/botanita saludable y fácil de comer. La comida en los aviones no es la mas rica ni la más sana. Estos son mis munchies favoritos viajeros:
- Plátano o manzana.
- Taquitos de frijoles en tortilla de harina envueltos en servilleta y guardados en ziplock.
- Galletitas saludables + hummus de garbanzo (en Costco venden unos mini hummus individuales buenísimos.)
- Barritas de granola.
- Si tu hijo está acostumbrado a tomar algún suplemento en polvo es buena idea llevar para mezclar con agua o jugo durante el vuelo.
Botellita de agua natural con tapa antiderrame.
Munchie/botanita saludable y fácil de comer. La comida en los aviones no es la mas rica ni la mas sana. Estos son mis munchies favoritos viajeros:
- Plátano o manzana
- Taquitos de frijoles en tortilla de harina envueltos en servilleta y guardados en ziplock.
- Galletitas saludables + hummus de garbanzo (en Costco venden unos mini hummus individuales buenísimos.)
- Barritas de granola.
- Si tu hijo esta acostumbrado a tomar algún suplemento en polvo es buena idea llevar para mezclar con agua o jugo durante el vuelo.
Vístete y viste a tu hijo cómodamente y en capas. Toma en cuenta los cambios de temperatura en el avión y aeropuerto, (también según de donde partas cual sea tu destino), que sea fácil ir al baño, en general: vestir con pantalones cómodos y zapatos fáciles de quitar/poner (evita zapatos de agujetas), ropa básica: playera de manga corta, después una de manga larga, chaleco (opcional), sudadera ligera. Además yo siempre llevo un chal multiusos.
Desinfectante de manos. No es mi favorito, pero en casos de lugares públicos y aeropuertos es indispensable.
Toallitas humedas de bolsita, hacen menos bulto y se acomodan mejor que las de cajita.
Kit de actividades. Depende de cada niño y sus gustos. Para mi hija son colores, libreta para dibujar, algunos animalitos tipo playmobil que ella escoge y un muñeco también escogido por ella.
Mochila chiquita. Aprovechar el viaje para que los niños que aprendan a llevar “sus cosas” aunque lleven ahi solo un par de crayones. Obvio que no pese y que la puedan cargar sin problema, al menos la mayor parte del tiempo.
Yo decidí viajar sin ipad ni tablet. Por ahora prefiero que mi hija aprenda a entretenerse y adaptarse al viaje sin una pantalla. Esto es decisión de cada mamá y según cada circunstancia.
Lleva un cambio de ropa “light” para tu hijo, que no te haga bulto: una playera y un pantalón ligero, en caso que moje su ropa.
Antes y durante el vuelo:
Tomate tiempo extra para todo. Para llegar al aeropuerto, para hacer check-in, para ir a la sala de espera, etc…
Integra cuando sea posible a tu hijo: que entregue su pase de abordar, que coloque su mochila en la banda de revisión, que suba y baje solo del avión, todo lo que le haga sentirse independiente y que es parte de la aventura.
Antes de abordar:
Apenas llegando a la sala de espera identifica la fila de preferencia para embarazadas o niños pequeños. Si tienes pedido de comida especial también verifícalo.
Pregúntale a tu hijo si quiere ir al baño antes de subir al avión.
Al abordar pregunta si tu hijo puede saludar al piloto, es una forma de hacer el vuelo una experiencia más divertida. Al menos a mi hija le gusta y le llama mucho la atención.
Al subir al avión pregunta a la azafata si queda alguna fila de asientos libres, especialmente en vuelos largos. La mayoría de las veces te pueden cambiar de lugar para tener más espacio e ir más cómoda.
Sienta a tu hijo en el asiento de en medio o la ventana, nunca del lado del pasillo para evitar que se levante de su asiento al pasillo o que pueda lastimarse con el paso de los carritos de servicio.
Platícale a tu hijo cada parte del viaje, así sabrá qué esperar y ayudará a que esté más tranquilo.
Aprovecha darle refill a tu botellita de agua y ofrecer traguitos cada tanto a tu hijo, es importante mantener a los niños bien hidratados. (Evita que tome jugo por la alta cantidad de azúcar que contienen – si toma jugo, dilúyelo un poco con agua).
No olvides cuidiarte a ti misma: Toma mucha agua, lleva contigo tintura de equínacea (mantiene el sistema inmunológico fuerte, también es segura para niños), vitamina C, remedio Rescate de Flores de Bach.
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Cada niño y familia es diferente, cada viaje es diferente, hay mil cosas fuera de nuestro control, y sí, definitivamente viajar con niños es cansador. El secreto está en entrar en una especie de juego con nuestros hijos, compartir la experiencia con ellos desde su percepción, pedir ayuda si es necesario, especialmente mamás viajando solas y respirar muy profundo.