Por Dona Wiseman
Hay muchas opiniones y teorías sobre cómo debe actuar un líder. ¿Qué debe hacer? ¿Qué no debe hacer? ¿Cuál debe ser su actitud ante el grupo y ante el trabajo mismo? También hay estudios sobre distintos tipos de liderazgo que nos reflejan en un estilo, o bien nos permite adoptar y tomar un estilo que nos parece adecuado y que podemos sostener desde nuestro carácter. Yo creo que cada persona es líder a su manera y cada líder tiene su estilo. Pero… también hay personas que pretenden ser líderes y que ven de pronto que sus intentos no son exitosos, quizá porque no nos provocan seguirnos.
Yo tengo mis propias consideraciones sobre qué tipo de líder estoy dispuesta a seguir. Cada quien tenemos. Sería interesante que tuviéramos consciente esto para darnos cuenta de cómo se están construyendo nuestras relaciones laborales, por ejemplo, e incluso familiares.
A mí me parece fuera de lugar que yo tenga que esperar al líder en un evento o junta. Para mí el líder deber estar presente y accesible. Me gustan los líderes que están presentes sin interferir, que son capaces de trabajar en equipo y de provocar un espíritu de trabajo en los demás. Así ellos se pueden “retirar” (como lo hace un entrenador deportivo) para dar instrucciones o participar solo cuando es necesario. Eso implica que tienen que poder discernir cuando sí es necesario su intervención y cuando es necesario solamente su presencia. Para mí un líder debe ocupar el último lugar en la fila cuando es hora de reconocer el trabajo hecho. El equipo hizo el trabajo y deben ser ellos los reconocidos. La humildad de un líder estriba en eso, en no requerir entradas espectaculares ni reconocimientos personales. La satisfacción de un líder (repito, para mí) tendría que estar en el trabajo hecho y el funcionamiento mismo del equipo, junto con los éxitos de los miembros del equipo.
También me parece importante que un líder viva sus convicciones. No creo yo que el líder da ejemplo, sino que muestra congruencia. Es el alfa de la manada, no brilla pero sí participa y da la cara.
Tengo muchos años trabajando con animales totémicos y su medicina. Los animales tienen una manifestación energética que nos sirve de ejemplo y de reflejo. En el caso del liderazgo el animal totémico que simboliza el liderazgo es el puma.
El puma nos refleja las siguientes características de un líder:
- Toma el mando y la responsabilidad cuando los demás fallan.
- No insiste en que los demás lo sigan.
- No desperdicia energía ni esfuerzos.
- Toma solo lo que requiere.
- Vive sus convicciones.
- Sigue su corazón.
- Conoce el propósito de sus creencias personales.
- No resuelve para los demás.
- Mantiene la paz.
- Sabe que no puede satisfacer a todos.
- Su primera responsabilidad es con la verdad.
- Tiene la habilidad de responder a cualquier situación.
Recuerdo un evento hace muchos años del colegio particular en que yo trabajaba. En el evento estaba presente un inspector de alto nivel de la SEP. De buenas a primeras el hombre se enojó y abandonó la mesa de honor porque a él no le dieron la función en la ceremonia que él deseaba. Reflexioné en ese momento en lo que para mí era una enorme contradicción. Para mí, entre más alto puesto tengo, más responsabilidad tengo para con los demás. No contemplo que los demás me deben honores y pleitesías, sino que yo tendré que cuidar siempre del bienestar y el éxito de los que dependen de mí. No haré las cosas por ellos y menos ellos tendrán que hacerlas por mí.
Al escribir esto mi pensamiento brinca al agradecimiento. De ninguna manera lo elimino. Un equipo bien llevado siempre estará agradecido con su líder. Y un líder tendría que estar siempre enormemente agradecido por los resultados obtenidos por su equipo, que le aportan directamente su propio éxito.
Yo soy muy exigente en cuanto a qué tipo de persona estoy dispuesta a seguir. Y, ¿tú?