Por Lorena Hurtado / Anspac
Todos nosotros conocemos dos Méxicos: el México de la abundancia, de la gastronomía deliciosa, de playas hermosas, de las artesanías coloridas, de los paisajes espectaculares, de gente buena, amable y trabajadora. Y el otro, el México corrupto, el de la violencia, el de las balaceras, de las injusticias, de la pobreza.
Cuenta una leyenda cherokee, que estaba un anciano hablándoles a sus nietos sobre la vida y les dijo: “Hay una batalla que está ocurriendo dentro de mi interior, es una pelea terrible entre dos lobos. Un lobo representa el miedo, el odio, la ira, la envidia, la avaricia, la arrogancia, el resentimiento, la culpa, la autocompasión, la inferioridad, la mentira y el ego. El otro lobo es la alegría, la paz, el amor, la bondad, la esperanza, la serenidad, la compasión, la generosidad, la amabilidad, la amistad, la humildad y la verdad. Los niños se quedaron un rato pensativos, y al fin uno de los nietos preguntó a su abuelo: ¿Y cuál de los dos lobos ganará? Y el anciano cherokee respondió: Ganará el lobo al que más alimentes.”
Tú, querido lector, ¿qué lobo alimentas?, ¿cómo podemos alimentar el lado amable de nuestro querido México?
Te comparto algunas ideas:
- Enamórate de tu país. Invierte tiempo en conocer la ciudad en la que vives y sus alrededores, investiga su historia, sus leyendas, recorre sus calles como si fueras un turista, consume productos locales, comprométete con tu comunidad de manera personal o en algún grupo o asociación, porque si no eres tú, entonces ¿quién?
- Vive en comunidad. Acércate a tus vecinos, respeta las reglas, busca el diálogo para la resolución de conflictos y sal al encuentro de las personas en situación vulnerable.
El que colabora en la desdicha ajena o no hace nada para ponerle remedio, se la está buscando. ¡Que no se queje luego de que haya tantos malos sueltos!
-Fernando Savater
- En tu familia o ambiente laboral, crea una cultura de actuar por convicción, donde cada acto, cada decisión tiene una consecuencia, y cada quien deberá afrontarla. Di no a los premios o castigos, que nuestro actuar sea el mismo cuando estamos en público que cuando estamos en privado.
- Cuida mucho lo que ves, lo que lees y lo que escuchas. No te acostumbres a creer y enviar todo lo que recibes por redes sociales, no te ganches en conversaciones de críticas y quejas, se muy selectivo con lo que vas a leer (revisa las fuentes) y, escoge la música o las estaciones de radio que te interesa escuchar, al igual que el alimento, lo que entra por tus sentidos te nutre o te hace daño.
- Busca el contacto con la naturaleza. Encuentra paz en la soledad del desierto, fortaleza al escalar una montaña, serenidad en los atardeceres. La naturaleza desintoxica el alma, abre la mente.
A través de la paz interior se puede conseguir la paz mundial. Aquí la responsabilidad individual es bastante clara, ya que la atmósfera de paz debe ser creada dentro de uno mismo, entonces se podrá crear en la familia y luego en la comunidad.
-Dalai Lama
- Acércate al arte en cualquiera de sus manifestaciones. Teatro, música, baile, poesía, literatura, etc., como dice Picasso: El arte limpia el alma, del polvo de la vida cotidiana.
- Crea un ambiente donde las reglas sean simples y alcanzables. Cuando te rodea un ambiente rígido, donde nada se permite, las personas tendemos a mentir, a esconder, es mejor, llegar a acuerdos, que generar una “falsa” armonía.
- Busca y permite a cada miembro de tu familia que haga lo que les apasiona. No impongas tus sueños o dejes que los demás se realicen a través de ti. Con tus hijos, permite que tengan experiencias en diversas áreas, anímalos a intentar, a atreverse y verás que cuando cada quien hace lo que “es lo suyo” genera un impacto positivo en la sociedad.
Yo #prefieroMéxico, si, un México de luz y sombra, pero con muchas oportunidades de brillar.