Cada año las mariposas monarcas pasan por México, en un vuelo de casi 5,000 kilómetros, desde Canadá hasta Michoacán.
Por Susana Veloz
Para los griegos, eran símbolo de divinidad femenina. Para los Navajo de Norteamérica son las mensajeras discretas de los deseos del ser humano. Los Maoríes de Nueva Zelanda las ven como símbolo de inmortalidad. Y para los aztecas, ellas representan al alma o aliento vital.
Las mariposas, esos seres delicados y coloridos, se han vuelto parte del imaginario místico y popular alrededor de todo el mundo. Su ciclo biológico de transformación, nos recuerda la capacidad de cambio que tienen estas pequeñas criaturas. Y sus arduas y largas migraciones, nos hablan de su fortaleza y resiliencia.
Este es el caso de la mariposa monarca que, en un vuelo de casi 5,000 kilómetros, viaja desde Canadá hasta Michoacán en nuestro país, haciendo de esta migración, una de las más bellas e importantes del mundo. Y en su recorrido, pasa siempre por nuestra ciudad Saltillo.
Este octubre y noviembre, tendremos el placer de recibir a este hermoso lepidóptero con bombo y platillo ya que nuestra ciudad acaba de firmar en marzo la iniciativa trinacional (México-EUA-Canadá) de protección a la mariposa monarca. Dicho acuerdo, capacita a personal de parques y jardines, habilita y protege espacios naturales y educa para su preservación.
Este último punto es el que nos involucra a nosotros como ciudadanos, ya que existen acciones en nuestras vidas diarias que pueden colaborar o imposibilitar su arduo viaje. Aquí algunos consejos.
Previo a su llegada
Planta jardines con flores nativas ya que en ellas las mariposas encuentran el néctar que les proporcionará suficiente energía en su viaje. Una de esas plantas es la asclepia que, además de refugio para sus huevecillos, es su alimento favorito.
Así mismo, no contamines cuerpos de agua como arroyos, lagunas, presas o ríos. Incluso si cuentas con una fuente en tu casa, límpiala para que ellas puedan beber.
A su paso
En trayectos urbanos o por carreteras, veremos este tipo de señalización.
Uno de los insectos que ven en 360 grados y son lo suficientemente rápidas para volar y esquivar a un auto que circula muy rápido, son las libélulas. El vuelo de una mariposa es bajo y algo lento. Debido a que sólo emprenden el vuelo con temperaturas altas y con sol, las veremos volar siempre en el día y descansar por las noches. Circular a 60kms/hora y con las luces encendidas, ayudará a disminuir sus muertes por colisión.
Un pilar de los programas de protección es el marcaje de las mariposas. Si, como lo lees. Cada mariposa que nace llevará una pequeña marca como esta.
Las etiquetas forman parte del programa “Monarch Watch” (Observador de la Monarca) de la Universidad de Kansas, que en los más recientes 24 años ha etiquetado a más de un millón 200 mil ejemplares. A la especie se le coloca una etiqueta alfanumérica utilizando un pegamento especial orgánico, con un peso muy ligero para que pueda volar.
Siendo cada año desoladoras las cifras de las mariposas que llegan a su destino, se vuelve imperante su control y protección.
Otra acción es la de hacer ciencia ciudadana. ¿Cómo?
Si por tu casa o trabajo observas mariposas monarcas, puedes enviar un mensaje con una foto que podrás tomar con tu celular al Programa Correo Real – Mariposa Monarca. Deberás indicar: fecha, lugar, número aproximado de mariposas, actividad (volando, alimentándose, formando racimos, tomando agua) y condiciones climáticas a la hora de la observación.
En casos de accidentes
Muchas veces, las mariposas sufren accidentes en los cuales no fallecen, pero sus alas se ven afectadas. Esas alitas, se pueden reparar. Les dejo un link donde explica cómo debe hacerse este sencillo procedimiento.
http://es.wikihow.com/cuidar-de-una-mariposa-con-un-ala-rota
Siendo su viaje uno de los más largos para un insecto, muchas veces no logran encontrar refugio a tiempo, quedando expuestas a altas temperaturas o bien finalmente se han cansado de tanto volar. Encontrar a una mariposa en buen estado, pero en el piso puede ser una señal de esta situación.
Tomarla con cuidado de sus alas juntas y ponerla en alguna fruta jugosa como sandía, naranja, manzana o incluso un recipiente de agua, la hidratará.
Si es de día, deberemos ponerla al resguardo de depredadores y esperar a que ella sola emprenda el vuelo. Si es de noche, resguardarla en una caja con la fruta o agua, la mantendrá protegida y calientita durante la noche.
A pesar de recorrer múltiples estados de nuestro país, muy pocas ciudades tienen la suerte de ser espacios santuario para estas migrantes naranjas con negro. Con su recorrido nos enseñan que no existen fronteras ni estúpidos muros y que a los desafíos de la vida hay que encararlos con ayuda de otros si queremos hacerlos más llevaderos.
Aprender más de ellas y de su increíble travesía, es una obligación que tenemos si en verdad queremos que las generaciones venideras aprendan a valorar a la naturaleza y sus especies.