Pongamos en la cazuela nuestros mejores deseos para todos aquellos peregrinos que ansían un bocado.
Por Ivonne Orozco
Septiembre un mes patrio, con una gastronomía soberana. Altivos son los platillos de nuestras fiestas, orgullosos de pintar la mesa de tricolor: chiles en nogada, pozole verde de Guerrero, pozole rojo, pozole blanco, flautitas con salsa verde y roja con su queso espolvoreado. Pintan una bandera de sabor, las tostadas de tinga, el agua de limón, horchata y colorada jamaica
México es muestra de patriotismo absoluto. Me toca hablar de gastronomía, pero quería también decir que contamos con música maravillosa, que susurra al oído las mejores recetas de este país. Los mejores ingredientes de México son también su singular manera de ver la alegría, la vida, la muerte y hasta la desgracia.
Dedico esta columna a todos aquellos hermanos en desgracia por el sismo, a todos los que rescataron, ayudaron, se unieron y cantaron Cielito Lindo y Canción Mixteca.
Demostramos ser hijos del maíz. Somos el taco más picoso, la granada más dulce, los tomates más colorados. Aprendamos a cocinar con el alma y hacerlo así también es ayudar a quien más lo necesita.
En NES abrazamos a cada mexicano que hoy no tiene una mesa dónde compartir sus alimentos, enviamos sabores a cada padre que llora la ausencia de su hijo y compartimos recetas para el corazón.
Cocinemos amor, sentemos nuestras familias a comer juntas porque no sabemos cuándo la vida podría cambiarnos.
Pongamos en la cazuela nuestros mejores deseos para todos aquellos peregrinos que ansían un bocado. Compartamos, ayudemos y sigamos cocinando desde muy dentro del corazón.