Por Mayte Cepeda
Cualquier actividad física que exista en este mundo, deporte, disciplina, hobby o como lo quieras llamar, que realices y te guste, no te hará nada más que bien. Desde las actividades extremas al aire libre que generan dosis altas de adrenalina, hasta aquellas que te llevan a un estado tranquilo, de gozo interior que incluso, no demanden mucho esfuerzo físico. Todas sirven, todas ayudan, todas valen.
Te platicaré algo que me sucedió desde que conocí el yoga, o un poco antes de conocerlo más bien. Buscando qué deporte hacer, fui a dar a gimnasios, me subí a bicis, me puse trajes de baño, tomé clases grupales, individuales y otras tantas cosas más. La verdad es que no sentía plena satisfacción y gusto total por lo que había probado, entonces pues seguí buscando.
Fui a dar con el yoga hace ya casi 17 años y bueno, me encantó, me enamoró y ahora creo que no quiero dejarlo nunca. Sin embargo, lo que sí he hecho desde hace unos cuantos años es combinarlo con otras actividades físicas que antes no me llamaban la atención, o no me gustaban del todo, y la verdad es que me he sentido súper contenta y satisfecha, ya que esta mezcla me permite balancear con el yoga lo que éste tal vez no puede darme de manera prolongada, como el efecto cardio, por llamarlo de alguna manera.
Me intento explicar mejor: no quiero decir que el yoga no sea suficiente; hay quienes no necesitan nada más en este mundo, se sienten plenos y eso es genial. Sin embargo, en el lado deportivo, existen algunas disciplinas en las que te inclinas más por trabajar el sistema cardiovascular, mientras que con otras, mejoras el sistema respiratorio. Hay otras que tienen el objetivo de crear y fortalecer masa muscular y otras más en las que incluso, necesitas ganar peso corporal para mejorar tu desempeño. Como quien dice, hay de todo y para todos.
Para mi gusto no hay nada mejor que el yoga. Sin embargo me encanta correr. Claro que si pudiera correr descalza sería más feliz (ya lo intenté y no me fue nada bien). Tengo un par de años combinando estas dos actividades y la verdad es que me encanta el efecto que se produce cuando las integro. Sin embargo, he probado combinar otro tipo de deportes, en los que el yoga se me ha puesto celoso al grado que comencé a ver que algunas posturas ya no me salían como antes, o que batallaba mucho para entrar en ellas o peor aún, mantenerlas y respirar en paz. La lógica fue que algunos deportes buscan fortalecer músculos y crear firmeza, mientras que el yoga favorece la elongación de los mismos. Automáticamente estaba creando un estira y afloja y pues decidí dejarlo por la paz y buscar otra combinación.
Existirá quien se sienta de lo mejor combinando yoga con natación. Habrá quien encuentre una mezcla perfecta entre las artes marciales y el yoga. Habrá quien no quiera nada de yoga y quiera puro soccer, basket, etcétera. Y de eso se trata, de saber qué nos va bien, qué nos hace sentir felices y sanas.
Saber con quién se lleva bien el yoga toma un poco de tiempo, en lo que el cuerpo se va tanteando y asimilando los efectos de combinar disciplinas. Lo importante es que sepas y escuches lo que tu cuerpo pida y necesite. No hay nada mejor en este mundo que sentirte bien a través de lo que haces, piensas, dices y eres. ¡Namasté!
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