La oración de mamá

¿Alguna vez le has pedido un deseo a la estrella más brillante?

Por Alex Campos

¿Alguna vez has deseado algo con tantas fuerzas que sientes que el corazón se sale sólo de pensar en ese anhelo?

Cuando era pequeña, alguien me dijo que por cada estrella brillante en el cielo pidiera un deseo, cerrará mis ojos y lo imaginara.

Así lo hacía, sobre todo en ocasiones en las que salía a carretera con mi papá al volante, a quien le encantaba manejar de noche… a mí también me encantaba, pues iba en el asiento trasero buscando estrellas muy brillantes y recordando cada uno de mis deseos.

Después, cuando fui creciendo, escuchaba a mi mamá orar por las noches, ponía su mano en mi cabeza y oraba para que tuviera un sueño tranquilo, para que cuidara de nosotros y de mi papá que estaba lejos de casa.

Justo después de esa oración, yo sentía una paz inigualable, cerraba mis ojos y ni la obscuridad, ni las sombras o los ruidos de la madera de los muebles tronando me asustaban.

Cuando ella cerraba sus ojos para orar por nosotros yo hacía un poco de trampa, viéndola entre mis pestañas simulando que estaba orando, pero en realidad estaba viendo cómo su anhelo de que su familia estuviera protegida se transmitía en su rostro, concentrada y entregada a esa oración.

Cuando nació mi primera hija, sin darme cuenta y de manera automática, me encontré desde la primera noche orando por ella y puedo decir que estoy segura de que con el mismo fervor que con el que oraba mi mamá por mi hermano y por mí.

Bien dicen que lo que veamos en casa lo repetiremos. Y así fue.

Una vez que te conviertes en mamá te vuelves vulnerable, tomar decisiones te toma más tiempo, pensar en el futuro puede ser un poco inquietante y tú corazón va caminando expuesto a lo que sea que vivimos en este mundo.

Entonces, tu deseo más grande se convierte en bienestar para tus hijos.

Tal vez por las noches, cuando ya todo está en silencio, te da miedo pensar en lo mucho que amas a esa extensión de ti, que no quisieras que jamás pasará por dolor de ningún tipo.

Entonces, deseas. Habrá quien pida al universo, a la naturaleza, a Dios. Sea cual sea tu creencia, pides con todas tus fuerzas y es lo que más deseas.

Dicen que el poder de la oración es aún más fuerte cuando dos o más se juntan, ¿pedimos juntas por nuestros pequeños?

Cualquiera que sea tu creencia, el amor de madre nos une en nuestras peticiones. Hoy sólo quiero hacer una oración contigo:

Pido que mis hijos duerman en paz esta noche, que tengan un sueño reparador, que no pasen frío y que duerman tranquilos sabiendo que mamá y papá los cuidan todo el tiempo.

Pido que cada noche yo pueda agradecer porque puedo disfrutarlos, porque llegan sanos y a salvo a casa.

Pido que se rodeen de amigos que les agreguen valor y que sean sabios al escoger sus amistades y los lugares que visitan.

Pido tener la sabiduría para criar niños amorosos, respetuosos y agradecidos siempre.

Pido que siempre pueda transmitirles amor y que ese amor los haga sentir seguros aún en los momentos de prueba.

Pido por cada niño y mamá que viven pruebas de salud o financieras, para que sean abastecidos de fortaleza espiritual y sed de luchar contra la prueba que llegue.

Pido por poder ser testigo de su primer amor, su primer día de Universidad, festejar su primer trabajo, entregarlos en el altar y poder ser la mejor abuela algún día.

Por último, doy gracias por poder cerrar mis ojos para descansar, sabiendo que ellos me despertarán el día de mañana y pedirán a “mamá”.

Amén

Alex Campos

Lic. en Comunicación por la Universidad Del Valle de México. Conductora en diferentes facetas, actualmente presentadora de noticias. Apasionada de la escritura y enamorada del arte de ser mamá. Mamá de Samantha, José Antonio y Rafael.

1 Comment

  1. Responder

    Astrid Ortiz

    noviembre 13, 2017

    Me encantan tus escritos la vdd me hacen Tener fe días como hoy ya no quería seguir orando hasta que leí de nuevo
    Gracias

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS