Por Clara F. Zapata Tarrés, La Liga de la Leche A.C.
Viajaré, viajarás, viajaremos a la infancia, al olor cálido y tranquilidad del silencio, a recordar nuestros juegos de la infancia más inocente, donde la imaginación es lo que transforma los sueños y la fantasía en realidad. ¿Y tú, a qué jugabas?
Recuerdo a mi muñeca Sofía con mucho cariño. La llevaba para todas partes, abrazándola, cargándola o acostadita en su moisés. La peinaba, la arrullaba y le contaba cuentos. No me acuerdo de muchas cosas pero sí de Sofía. Con ella descubrí que amaba a los bebés, creo que por eso casi solamente ella está en mis pensamientos cotidianos…
Todos tenemos algún juguete favorito o que nos trae a la mente y al corazón una sensación infinita de alegría y gozo. Más que el juguete es lo que se hace con él, la imaginación que despierta en nosotros, la felicidad de creer que lo que estamos haciendo es real.
El juego crea historias y reproduce nuestra cultura, la recrea, transforma y nos ayuda a llevarlo hasta nuestra adolescencia y adultez para ahora sí, en la vida cotidiana, reconstruir lo que hicimos de niños. Por ello, como adultos, es trascendental saber elegir asertiva y acertadamente qué es lo que nos gustaría que nuestros hijos edificarán en sus futuros.
Hay muchos tipos de juguetes y juegos y muchas veces no hace falta más que alguno muy simple para desarrollar estas habilidades y sueños. En el ámbito de la lactancia, aunque no siempre lo tengamos en cuenta, existen juegos que sin duda, transformarán y reproducirán estos aspectos culturales de los que estamos hablando.
Siempre se discute por ejemplo, el tema de las armas de juguete, en donde ciertamente podemos jugar inocentemente. Sin embargo, si fomentamos su uso de manera natural y diaria, es posible que algunos juegos se conviertan en violentos y finalmente se fecundarán estos modelos culturales en la ya no tan infancia.
En este sentido, los juegos también contribuyen a reproducir los roles femeninos y masculinos. Recuerdo que un amigo de mi infancia una vez tuvo un examen en primero de primaria en el que salían unos sartenes, ollas y muñecas y por otro lado camiones, pistolas, carros y computadoras. Tenía que poner qué era lo que le pertenecía a una mujer y qué a un hombre. Tuvo cero en su examen porque puso que los sartenes y las ollas los usaba su papá, y los carros y las computadoras su mamá. Tan simple como esto.
Así, como todos sabemos, los roles de género, se van a representar y transcribir en nuestros niños dependiendo de cómo nosotros, como familia conceptualicemos estos roles. Si un niño juega solo con carritos, superhéroes masculinos y juegos aparentemente “de hombre”, lo más probable es que él se comporte como un reflejo de ello. Si una niña solo juega con muñecas y trastes tendremos un resultado similar.
En consecuencia, si casi el cien por ciento de los juguetes tienen características específicas para el desarrollo y fomento de algún concepto o idea, lo más probable es que la cultura tome ese camino. En el ámbito del cuidado de los bebés, vemos que los juguetes más accesibles, conllevan a una manera de criar a los niños: chupones, biberones, cunas, bebés que lloran, juegos en los que incluso, cuando son animales tienen un botecito de fórmula al lado, etc. Es casi imposible encontrar una muñeca que no tenga estas características.
Los niños que se crían en un entorno que favorece la práctica de la lactancia suelen jugar a que dan pecho, cargan a sus bebés con un rebozo o trapo. Y esto es muy peculiar porque le para los pelos a muchas personas.
Es por ello muy importante, que si queremos que nuestros índices de lactancia materna aumenten y que amamantar sea visto como algo normal, sin prejuicios, y que lo hagamos con la libertad y autodeterminación que implica, comencemos a fomentar juegos que desarrollen estas habilidades, actitudes y comportamientos.
Así, los invito a que en estas semanas en que seguramente compraremos muchos juguetes, reflexionemos sobre lo que podemos comprar y lo que no deberíamos de comprar.
Bibliografía importante:
https://laligadelaleche.org.mx/
Las experiencias de la tribu en los grupos de apoyo de La Liga de la Leche, te ayudan a llevar estos procesos de manera más relajada y tranquila. No dudes en asistir a alguno y pedir apoyo cuando lo necesites.