Por Lorena Salas
Entre toda la vorágine propia de las festividades decembrinas, lo último que observo son personas armoniosas unas con otras regalándose sólo compañía y amor genuino, y ni qué decir en el tráfico, ahí es donde verdaderamente sacan su furia y acelere cotidiano, ¿les suena conocido?
Por supuesto habrá sus excepciones, pero la verdad es que con tanto bombardeo mediático que sólo te inserta en el cerebro frases como “en estas fiestas estrena outfit”, “época de regalar”, “aprovecha este cupón”, en fin, todo se reduce a comprar, comprar y comprar.
Esta temporada sin duda pone a prueba nuestra mente y paz interior, es increíble cómo muchas veces se entra en el juego de “tener que dar” a simplemente dar porque me nace dar algo, desde un simple mensaje sincero con buenos deseos, un abrazo de esos que sólo se sienten en el alma, hasta algo simbólico que sólo nosotros sabemos le gustará y apreciará la otra persona.
Es aquí donde debemos recordar la verdadera esencia no sólo de estas fechas sino de cada día: vivir para ser felices, amarnos para poder dar amor, comprender el sufrimiento del otro, ayudar de corazón, dejar apegos, es decir no engancharse, fluir y no dejar que nadie perturbe nuestra paz.
¿Es tan difícil mantener nuestra paz interior? ¿cuál es la receta secreta para encontrarla? La respuesta habita en nosotros mismos y sólo basta con activar y elevar nuestra conciencia para vivir el aquí y ahora, estar presentes con todos nuestros sentidos y dejar a un lado los pensamientos negativos que nos abruman y nos bloquean.
También conocida como mindfullness, este hábito de hacer conciencia del momento exacto que se vive sin pensar en otra cosa, se traduce también al concepto de “meditación”. De acuerdo a Thich Nhat Hanh, monje tibetano que ha escrito varios libros sobre esta práctica, explica que “la meditación consiste en ofrecerte a ti mismo tu presencia genuina en cada momento. Es la capacidad de reconocer meridianamente que todo instante es un regalo de la vida, un regalo de la tierra y el cielo. En el zen, esto recibe el nombre de «gozo de la meditación»”. (Hanh, Thich Nhat, P.16. La paz está en tu interior).
Hábitos como lavarse los dientes, conducir, bañarse, caminar, hacer el desayuno, entre otros, nos pueden ayudar a poner toda nuestra atención en lo que estamos haciendo y sintiendo, sólo así podremos encontrar la paz y el gozo en cada momento.
“Cuando practicas la respiración consciente desarrollas una mayor habilidad para reconocer el hábito, y cada vez que lo haces disminuye su poder para sustraerte al instante presente. Es el principio de tu liberación, tu verdadera libertad, tu verdadera felicidad”. (Hanh, Thich Nhat, P.26. La paz está en tu interior).
Cuando nos invadan sentimientos como ira, irritación o tristeza, podemos aplicar la respiración consciente y la meditación a fin de enfrentar y reconocer estas emociones. “Al inspirar, sé que la ira se manifiesta en mí. Al espirar, me ocupo de la energía de la ira que hay en mí”. (Hanh, Thich Nhat, P.95. La paz está en tu interior).
El practicar estar siempre en el momento presente, es decir en el aquí y ahora, nos mantendrá a salvo, es nuestra zona segura donde las preocupaciones por lo que aún no sucede o los demonios del pasado ya no nos atormentan ni nos quitan el sueño ni tampoco roban nuestra energía. Está en ti decidir cómo quieres vivir, y es a través de la meditación y la respiración consciente que se logra la plena libertad de ser feliz y obtener un regalo único que nadie te dará: tu paz.
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Muchas gracias por tu columna, es un buen recordatorio de la conciencia sobre nosotros mismos y nuestro alrededor.