Un bebé recién nacido puede hacer uso de instintos únicos para asegurar calor, vínculo y nutrición. Al nacer un bebé deberíamos inmediatamente ponerlo sobre el abdomen de su madre para que repte, busque, encuentre y se agarre del pecho sin ayuda de nadie. Esto maximizará las probabilidades de una lactancia exitosa y evitará la mayoría de los obstáculos por los que atraviesan las madres al amamantar.
Un bebé de apenas 15 minutos de nacido busca con su boca y lengua el pezón, y no lo encuentra, sus piernas y brazos quieren ir al pecho de su madre pero es inútil, lo más triste es que a los hospitales lo único que les importa son las rutinas y protocolos. A este bebé lo mandarán a los cuneros, le darán formula y cuando al fin esté en los brazos de mamá lo más probable es la lactancia se convierta en algo difícil, pues se cortó el camino natural.
Además, debido a lo complicado que será ahora para el recién nacido aprender a amamantar, la madre padecerá dolor y le saldrán grietas, se desalentará y dudará de su capacidad para alimentar a su hijo. Algo que naturalmente debería ser placentero, en muchos casos se vuelve agrio.
“La prioridad en el nacimiento es empezar el apego del bebé. Cuando nace, se coloca sobre la mamá (primer contacto piel a piel), antes de que empiece el proceso de acondicionamiento (limpieza, vestido y valoración del pequeño y recuperación de la madre). Lo ideal es que luego inicie el proceso de lactancia. Si las condiciones están dadas, no debe pasar mucho para que el niño esté con la madre”, explica Fancy Bobadilla Rodríguez, enfermera de la Unidad de cuidado obstétrico y coordinadora del programa de lactancia materna de la Clínica Reina Sofía.
A continuación, te mostramos un video de un bebé de tan solo 30 min de haber nacido, sin haber interrumpido el contacto con su madre, la placenta acaba de ser alumbrada y continua conectada al bebé el cordón umbilical intacto, mamá se recuesta y se le coloca el bebé encima quien comienza a moverse.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=6&v=PGHRoMavtB8