Dona Wiseman
En estas fechas la rueda del año nos lleva al final, al final de un año (como lo marca nuestro calendario) y en el hemisferio norte a una parte del año agrícola durante la cual no hay producción de la tierra. En este tiempo la tierra duerme en espera de días más largos, días más cálidos y las lluvias de primavera que permitirán que los frutos se vuelvan a dar.
Durante el invierno el ritmo de la vida cambia. Tenemos frío. Comemos más dulces y carbohidratos. Engordamos. La ropa de invierno nos permite disimular cambios en el cuerpo. Desaceleramos, pasando días de mucho frío en casa, acurrucadas con mantas, viendo películas. Cuando no tenemos que salir no lo hacemos, solo para festejar las posadas, la noche buena, la noche vieja y año nuevo (y unos cuantos cumpleaños que se cuelan por allí).
Conforme se aproxima el fin de año, tengo la costumbre de observarme y observar a otros. Hay sensaciones compartidas que me dan ideas sobre cómo cerrará el año en curso y qué energías vendrán con el año nuevo. Este año, por ejemplo, en este momento, he notado que anda la gente algo intolerante en general. Hay algo de disgusto en el ambiente. La palabra que me viene a la mente es “tajante”, como que andamos con respuestas cortas y fuertes, sin mucho lugar para la negociación.
De hecho nosotras no somos tan distintas a la tierra y la naturaleza, más bien somos parte integral de la misma naturaleza. Hacia el final del año tenemos la necesidad de hibernar un poco. Quizá no sea físicamente, pero sí emocionalmente e intelectualmente. El fin de año tiende a ser un tiempo para mirar lo que hemos hecho en el año que termina. Recordar lo que nos propusimos. Hacer un balance (suena tan formal). También es un momento para determinar lo que queremos dejar atrás al entrar en el año nuevo. Así comenzaremos a formular las propuestas (no propósitos) del siguiente ciclo de vida.
Cada año, en Centro Huiksi, hacemos un ritual de fin de año. Este año será el sábado 16 de diciembre. En ese ritual hacemos un alto para observar cómo fue nuestro año, qué tipo de energías se están presentando en este momento de la vida, qué cosas deseamos cortar sanamente, a qué le queremos decir que sí y a que le queremos decir que no. Hacemos manualidades o armamos talismanes para recordarnos las propuestas que hemos formado. Visualizamos la vida que queremos construir en el siguiente año y determinamos los recursos que poseemos para lograrlo.
Las invito a acompañarnos en Centro Huiksi para este ritual de fin de año. Pueden informarse conmigo al 844-160-8624 o bien en Facebook. Si no puedes estar, inventa tu propio ritual. La conciencia de lo que quiero, lo que no quiero, lo que he logrado, lo que no he logrado y los recursos que tengo para construir mi vida me ayudará a mirar claramente el camino que deseo seguir. Si veo el camino, es más fácil que lo logre seguir.