Por Jessica Rosales
Cuando las mujeres hablamos de equidad no significa que pretendemos robar los espacios del hombre o adjudicarnos beneficios por el simple hecho de ser mujer. Como todo ser humano debemos mostrar nuestras capacidades y habilidad para ocupar nuestro propio lugar.
Sin embargo, en la cultura de varios países no se entiende a la mujer como igual sino como un ser inferior predestinado a permanecer en las tareas del hogar y la familia.
México está bastante lejos de ser un país con una adecuada equidad de género, incluso sigue funcionando como una nación machista. A pesar de los esfuerzos realizados, la brecha laboral y salarial entre hombres y mujeres es enorme.
El Informe Global de la brecha de género 2016 realizado por el Foro Económico Mundial ubica a Islandia como el país más igualitario.
Este reporte, el cual mide las brechas relativas entre hombres y mujeres y cuantifica la magnitud de las disparidades basadas en el género, destaca que la paridad económica podría tomar hasta 170 años en llegar debido a los desequilibrios crónicos tanto en salarios como en la participación de la fuerza laboral.
Las naciones nórdicas se ubican a la cabeza de este ranking, aunque también lograron posicionarse dentro de los 10 primeros lugares algunos países en vías de desarrollo, tal es el caso de Eslovenia y Nicaragua.
De los 144 países que se midieron en el índice, 68 mejoraron en general su brecha de género comparados con el año anterior y en 74 se observó un deterioro.
En el top 10, después de Islandia se ubican tres países nórdicos: Finlandia, Noruega y Suecia. En quinto lugar, está Ruanda, seguido de Irlanda, Filipinas, Eslovenia, Nueva Zelanda y Nicaragua.
México se encuentra en el lugar 66 por debajo de Kenia, El Salvador y Vietnam. Nuestro país disminuyó en cuanto a la proporción femenina de profesionales y trabajadoras técnicas, también se encuentra entre los últimos países en cuanto a la participación y oportunidad económica de las mujeres, pero obtiene una buena calificación en el subíndice de salud y supervivencia.
El reporte destaca que en nuestro país las mujeres realizan una mayor cantidad de trabajo no remunerado en comparación con los hombres, asimismo resalta la cantidad de jóvenes mujeres que no estudian ni trabajan.
En el caso de Coahuila, de acuerdo a datos de la Secretaría de la Mujer, 3 de cada 10 mujeres son víctimas de discriminación laboral. Del total 12 por ciento sufre acoso y hostigamiento sexual en su centro de trabajo.
Hay que entender que la discriminación por género comienza desde la infancia, en un hogar en donde prolifera la cultura machista que nos indica que la mujer debe servir al hombre cuando lo correcto es realizar las mismas tareas y tener acceso a oportunidades en igualdad de circunstancias.
Ayudemos a lograr la equidad cuyo significado consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones. La igualdad, aunque es un término muy cercano, tiene otra apreciación, pero es parte de lo que queremos lograr como mujeres en el mundo: ser valoradas y respetadas en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Por eso queremos equidad, porque las mujeres somos iguales y no superiores al hombre, aunque cada uno desde un ser individual con sus propias capacidades y habilidades.