Por Alex Campos
Cuando era pequeña esperaba con ansias mi cumpleaños. Siempre imaginaba una fiesta llena de globos, pastel de chocolate, invitaciones que entregar en el salón de clases y con eso me convertía en el hit de la semana, escoger el personaje de la fiesta y lo más emocionante… ¡recibir regalos!
Tengo que admitir que, entre toda la emoción del festejo, los invitados, la piñata y todo lo que involucra el tan esperado cumpleaños jamás imaginé el esfuerzo, dedicación y amor que había detrás.
Hoy que soy mamá y me toca organizar esas fiestas infantiles puedo casi sentir y recordar el amor de mi mamá plasmado en platitos y vasos de mi personaje favorito, globos que ella misma inflaba, invitaciones hechas cada una con su puño y letra, y solo con eso suelto un suspiro que sale desde mis entrañas.
Y es que poniéndome un poco melancólica, una fiesta infantil no solo es una celebración con un número por delante, es un cúmulo de sentimientos, todos ellos originados del amor más puro y sincero como el de una madre, demostrados a través de una celebración que lleva a veces meses de preparación.
Nunca imaginé lo nerviosa que podría ponerme el organizar una fiesta para mis pequeños, mucho menos las mariposas que sentiría al ver la cara de sorpresa de mis chiquitos cuando ven lo que su mamá organizó para ellos.
¿No es la mejor parte? Los ojitos brillosos, la carita sorprendida y el abrazo apretujado diciéndote “gracias”. Estoy segura, que tú también te empeñas en que cada cumpleaños de tu pequeño sea el día más especial del año.
Preparas y repasas cada detalle una noche o varias antes, te emocionas y deseas con todas tus fuerzas que tu pequeño sepa cuánto lo amas y cómo deseas verlo inmensamente feliz.
Sea un festejo grande o pequeño cada detalle fue planeado con mucha intención y amor. Y te puedo asegurar que ese recuerdo le durará toda la vida.
También te aseguro que al final de ese día tan especial terminarás agotada, pero habrá valido la pena cada segundo del día.
La sonrisa de tu pequeño será la tuya y esa noche dormirás inmensamente plena y segura de que lo estás haciendo bien.
Que cada año cumplido sea una sonrisa más grande de tu pequeño, que sea como sea que decidas festejar ese día en el que nació tu verdadero amor logres plasmar en cada momento esa intensidad que sientes al ser mamá.
Somos miles y miles de mamis allá afuera planeando la “mejor fiesta de cumpleaños”, haciendo invitaciones, cantando las mañanitas, inflando globos, corriendo de un lado a otro. Al final, no sé cómo pero cada una de esas miles de mamás son las mejores candidatas a “la organizadora del año”, cada instante que dedicaron abono amor a una milésima parte del universo.
A ti mami, que además de ser enfermera, maestra, chef, porrista, estilista y “todóloga” eres la mejor organizadora de cumpleaños, sigue cantando las mañanitas tan desentonada y fuerte como tu corazón te dicte hacerlo y tu bebé te permita, pues los años pasan volando y esos cumpleaños especiales serán parte de sus relatos cuando todo quede en el libro de sus recuerdos.