Por Lorena Salas
¿Te has preguntado alguna vez quienes son las mujeres que están atrás de ti en tu árbol genealógico? Abuelas, tías, tatarabuelas, bisabuelas, madres, todas ellas cumplen un papel vital que te define en el presente.
Si nos vamos atrás en nuestra historia familiar, podemos llegar a recordar alguna que otra anécdota de cómo eran nuestras mujeres, algunas cumplieron sus sueños, otras renunciaron al amor, otras hicieron sacrificios para poder seguir adelante con sus hijos, en fin, cada una cumplió la función precisa para que tú ahora pudieras tomarlas y honrarlas para ser la mujer que eres.
Ahora comprendo tras a un camino de introspección, que jamás he estado sola, que detrás de mí hay mujeres valientes, fuertes, decididas, bondadosas, artísticas, únicas en su especie, que me han llevado a ser quien soy ahora: una mujer y madre que se sabe fuerte ante situaciones adversas y que a pesar de todo ama profundamente a su esposo e hijos. Y muy por encima de ellas está el Ser Supremo, la Divinidad infinita, Dios, que me cubre con su luz para protegerme y guiarme.
Es precisamente de mis mujeres fuertes que me antecedieron de quien tomo todo lo que puedo para seguir en pie, adelante, viviendo el aquí y ahora, viviendo un día a la vez, respirando, agradeciendo, perdonando, amando, tratando de recordar que está en mi la responsabilidad de continuar con un buen linaje para mi hija, enseñándole así a ser firme como el roble, pero a la vez flexible como las ramas que acaricia el viento.
¿Y en tu vida, quiénes son tus mujeres fuertes? Más allá del linaje ancestral, puedes rodearte de mujeres físicas y no físicas que te den la fuerza para proyectarte hacia dónde quieres estar. Algunas veces, basta tomar su ejemplo de cómo ellas han salido adelante, de cómo han continuado su vida, de las decisiones que las llevaron a ser quienes son.
Yo hoy tomo más que nunca, a las mujeres que me dan fuerza y me protegen, que me acunan y tranquilizan en momentos de gran dolor, que me recuerdan que todo estará bien, que todo tiene un por qué y que todo tiene un objetivo, aunque a veces no vea la salida. Hoy tomo de ellas su poderosa fuerza para seguir caminando, seguir amando, seguir viviendo y seguir dejando un legado que sólo a mí se me ha confiado.