En esta vida sólo vivimos una vez y yo hoy decido vivir cada día como si fuera el último, el único y el más especial de mi existencia.
Por Lorena Salas
Atreverse o no atreverse, esa es la cuestión. Para muchos, el miedo suele ser producto de una serie de falsas creencias que lo único que nos impide es dar ese paso que tanto pensamos, que tanto analizamos y que tanto nos había costado dar y cuando al fin sucede el milagro de perdonarnos y quitarnos de culpas y cargas, comenzamos a soltar esos miedos que nos paralizaban.
Si tan solo nos diéramos cuenta de lo maravillosos y valiosos que somos los seres humanos, cada uno único e irrepetible en este planeta, podríamos ver la magia de lo que cada quien es capaz de realizar. ¿Cuántas veces te frenaste a hacer aquello que alguna vez creíste que no eras lo suficientemente bueno? O peor aún, ¿cuántas veces dejaste de hacer cosas nuevas porque sólo te dijeron que servías para determinadas cuestiones?
Volviendo al tema del perdón, este va más allá de dejar ir nuestros miedos, parte desde el punto de aceptar, entender y perdonar lo que nos impusieron desde niños y la idea que nos compramos de nosotros mismos. Esto conlleva todo un proceso de sanación personal, de autodescubrimiento y de replanteamiento, sólo echemos un vistazo a todo el potencial que por el simple hecho de estar vivos y querer vivir, tenemos.
¿Qué es lo peor que puede pasar? Me hago esta pregunta siempre que intento probar hacer algo nuevo, y entonces la ola de posibilidades se hace cada vez menor contra lo bueno que sí puede suceder. Es en este punto donde decido dar ese paso, y entonces, si surgen dudas, me hago cargo de ellas y jalo mi miedo conmigo, él ya no me jala hacia él, ahora él va conmigo como un fiel aliado y decido emprender cualquier cosa que desee.
Una buena dosis de valentía y ganas también ayudan a jalar esos miedos contigo, definitivamente, el miedo es un arma de dos filos, o lo usas como puente para tomar todas tus fuerzas y avanzar o simplemente te dejas arrastrar hacia él y ahí te quedas, de nuevo sin poder hacer lo que tanto querías.
¿Te gusta bailar? ¡baila!, ¿te gusta escribir? ¡escribe!, ¿te gusta pintar? ¡pinta!, ¿te gusta correr? ¡corre!, las opciones de hacer lo que te gusta son infinitas y está en ti el llevarlas a cabo, sólo basta abrazar tus miedos, tus dudas, tus inseguridades, eso que te impide concretar algo. En esta vida sólo vivimos una vez y yo hoy decido vivir cada día como si fuera el último, el único y el más especial de mi existencia. ¿Y tú como lo vives?