Qué gran capacidad la del ser humano de amar, de sensibilizarse y creer en otros humanos.
Por Alex Campos
A menudo escucho pláticas de padres y madres preocupados por el mundo al que llegan las nuevas generaciones, yo misma al ver las noticias me aterrorizo y millones de preguntas y dudas cruzan mi mente. Al final de la noticia de un joven que masacró a una comunidad en Estados Unidos, o un niño que quemó a un perro comienzo a sentir ansiedad.
Es cierto, el mundo está lleno de locura, furia, enojo, frustración y gente que hace justicia por su propia mano de la manera más atroz. De líderes que pierden la cabeza al descubrir la magnitud del poder, de matrimonios aburridos de un compromiso que ellos mismos adquirieron y ahora les parece “aburrido” cumplir.
Si, el mundo está al revés, a veces se siente como si caminaras contra corriente, tratando a toda costa de evitar que tus hijos, tu familia o matrimonio se contamine y entre en la misma dinámica “de los demás”.
Reglas y valores muy flexibles a lo que la “moda” ofrece. Es así como vamos perdiendo la fe en la humanidad… sin darnos cuenta nos volvemos parte de un mundo “MUY MUNDANO”, con noticias llenas de odio, redes sociales llenas de publicaciones que solo hablan de marcas de ropa y millones de seguidores que se maravillan por “una buena publicación”.
En medio de todo el ruido que hay en este mundo, estamos tu y yo, criando a las nuevas generaciones.
Yo quiero ser parte de una nueva generación que sea la que limpie este mundo…una que sea recordada por manejar las redes sociales y la tecnología para inspirar, para ayudar, para hablar de lo que hay allá afuera como la naturaleza y la gente… para presentar nuevos modelos y técnicas de medicina que den oportunidades a enfermos, a gente con discapacidad…..a ingenieros que trabajen en sistemas que reduzcan los desechos tóxicos de las industrias, a bloggeros que generen movimientos de apoyo a lugares en guerra, a los necesitados ….. una generación que controle la tecnología y no viceversa.
La humanidad es bellísima, tiene una gran capacidad de amar, de manejar su entorno para crear movimientos positivos, regeneradores de paz. Sigo creyendo en ella, sobre todo cuando veo a un joven ayudando a un anciano a cruzar la calle o a cargar las bolsas del súper, cuando leo en redes sociales una cadena de apoyo que inicio porque una madre se entristeció al ver la necesidad de otra con un hijo enfermo y sin recursos para atenderlo.
Líderes de opinión, bloggeros y famosos agregando contenido a las redes, dando motivación, impulsando y llenando los medios de mensajes positivos.
¿Cuál mamá no quiere un mejor mundo para las futuras generaciones? Tenemos mucho trabajo que hacer que brindará grandes satisfacciones el día de mañana.
Controlemos lo que nuestros hijos ven en la televisión, enseñemos a nuestros pequeños lo divertido que es jugar a las escondidas, a los quemados y a juntar catarinas para apreciarlas y luego soltarlas.
Enseñemos a nuestros hijos a decir buenos días, hasta luego, a desear bendición y a mirar a los ojos al hablar. A maravillarse por el amanecer, la luna, el canto de los grillos y las estrellas. A dejar de nombrar marcas para todo. Enseñemos con el ejemplo, a seguir a líderes que hagan la diferencia en el mundo, bloggeros que aporten más letras y frases de motivación, de amor y menos marcas y publicaciones sin pie ni cabeza. A elegir rodearse de gente que les agregue valor, que los inspire a ser mejores, que tengan valores
El trabajo más duro comienza en los primeros años de vida, nuestra paga será en unos años cuando nuestros hijos enseñen al mundo de qué se trata la vida.