Por Kim Dewey
Estas son algunas pequeñas enseñanzas que de diferentes formas compartimos con nuestra hija de 4 años en el día a día.
- Te amo siempre. No importa lo que hagas o dejes de hacer, eres amada. Tu papá y yo te amamos incondicionalmente.
- Eres única e irrepetible, así como eres igual a todas las demás niñas
- Eres hermosa, mágica, fuerte, dulce, inteligente, creativa y muy valiente.
- Tu cuerpo es fuerte y sabio. Cuídalo, nútrelo y escúchalo.
- Nadie tiene derecho a tocarte.
- Está bien si prefieres saludar con un hola y despedirte con un ¡adiós! No tienes que saludar de beso ni abrazar a nadie si no quieres hacerlo. Incluyéndome a mí, a tus tíos, abuelos, primos o maestras.
- Pide ayuda siempre que la necesites
- Vístete como quieras y del color que quieras, como que te sientas cómoda y feliz.
- ¡Los juguetes son para todos! Juega con muñecas o con carritos, con juegos de té, dinosaurios o legos. Dibuja y colorea como más te guste, corre, salta, llénate de tierra, que no te importe ensuciarte ni despeinarte.
- Canta y baila como te mueva la música
- Te libero de tener que ser una “niña buena”. (Aunque acepto que muchas veces – por condicionamientos míos – necesito respirar profundo para dejar brillar tu personalidad expresiva y libre)
- Se amable siempre con tus compañeros y amigos
- Respeta la vida de todos los seres vivos. Nunca molestes o maltrates a un animal o plantita por más pequeño que sea.
- Sé siempre curiosa, observa la naturaleza, cada bichito y cada hojita.
- Cuida tu casa, nuestra casa, el planeta tierra
- Agradece, siempre. Por la comida que tenemos en casa y en casa de los abuelos, por el agua con la que te bañas, por la miel tan rica que hacen las abejas, por los juguetes que te prestan, y los regalos que recibes.