Por Mayte Cepeda
La palabra mudra, por su origen en sánscrito nos hace referencia a dos significados: uno de ellos es sello y el otro es gozo.
En las tradiciones budistas e hinduistas, los mudras se utilizan para enfatizar alguna intención o práctica, mediante el empleo de determinadas posturas en las manos que, energéticamente hablando, fortalecen el sentido de nuestra intención. Sin embargo, si ponemos un poco de atención hacia otras culturas, incluso hacia el cristianismo, podemos darnos cuenta que la posición de las manos entre las imágenes sagradas, tiene un papel importante.
Cada mudra tiene una posición específica entre los dedos y la ubicación de las manos. Esta posición empleada en dedos y manos, estimula energéticamente zonas del cuerpo que favorecen a quien lo practica.
En una de mis recientes columnas te platiqué un poco sobre el “yoga de los ojos”, que son algunos movimientos que podemos realizar para ayudar a mejorar la condición y salud de nuestra vista. En el caso de los mudras, digamos que es algo similar pero para las manos, además de todas aquellas posturas de yoga en las que se ven involucradas las manos para sostener, equilibrar, amarrar, etcétera.
Cada uno de los dedos de nuestras manos tienen una fuerza, energía e intención distintas. Por ejemplo, el dedo pulgar simboliza la energía que tenemos y la conexión con nuestra divinidad y superioridad, es decir, nuestro contacto con Dios, la fuerza y nuestro enraizamiento con la tierra. Con el dedo índice, activamos nuestro lado creativo, la intuición y algunas emociones y así cada uno de los dedos posee algún tipo de energía que al fusionarlo o conectarlo con otro dedo, buscar potencializar esa energía y lograr un mayor enfoque en nuestra intención.
En la práctica de yoga se usan mucho los mudras. Por ejemplo en Ashtanga Yoga, empleamos al iniciar y al finalizar un mudra denominado ánjali mudra. Es tan simple como juntar las palmas de las manos cerca del pecho, para que los pulgares toquen el esternón y activen la energía situada en anahata chakra que es el chakra del corazón. Este mudra es una reverencia, saludo y transmisión de bendiciones a quien tenemos a nuestro alrededor y va acompañado de una oración en sánscrita que invoca al ofrecimiento de nuestra práctica y al deseo de un mundo con paz y felicidad. Este mudra es de los más comunes que existen. Digamos que si alguien te habla de yoga, se te viene a la mente una persona con las manos puestas en este mudra de oración. Claro que existen muchos otros que pueden utilizarse incluso meterse dentro de variaciones de posturas.
Otro mudra que se utiliza mucho en la práctica de yoga es el Jñana mudra y el Chin mudra. Para utilizar este mudra, la posición del cuerpo es sentada, ya sea en flor de loto, o con piernas cruzadas, espalda recta y los brazos sueltos con las palmas de las manos sobre las rodillas. La posición de las manos es la misma, que es la fusión entre los dedos pulgar e índice, lo que cambia es la posición de la palma de la mano, si apunta hacia arriba se refiere a jñana, si la mano apunta hacia abajo y se apoya sobre la rodilla, es el chin mudra. Este mudra es excelente para relajarte, aclarar ideas, encontrar respuestas, soltar lo que no puedes controlar y llenarte de paz y gozo interior. Practícalo cada que puedas, complementando tu meditación ó un momentito de silencio que te regales a ti misma. ¡Namasté!
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