Hacer ejercicios de visualización sobre lo que deseas conseguir, buscar grupos de apoyo, premiarte por los logros que vas teniendo y fijarte objetivos realistas, son algunos factores clave al momento de alcanzar tus metas a través de la voluntad.
Por Lorena Salas
Cuando realmente queremos algo, aparece una fuerza que nos impulsa a ir por eso que tanto buscamos, es como si alguien encendiera un botón de alerta para decirnos “¡ponte las pilas!”, entonces algo sucede y nos vemos haciendo cosas que antes parecían imposibles, por ejemplo, ir al gimnasio todos los días así llueve o haga mucho frío.
La voluntad es esa chispa, ese motor que nos dispara como un rayo a hacer algo, pero ojo, debemos trabajarla a diario encontrando aquello que nos motive a seguir con la constancia de un hábito que nos lleve a alcanzar nuestros fines. A continuación, te comparto algunos consejos para fortalecerla:
- Actitud positiva. Busca en esas pequeñas cosas lo que te haga sonreír y estar de buen humor, así tratarás de ver todo de forma más positiva, al estar bien tú, puedes fluir en todo lo que te propongas.
- Dedica al menos 10 minutos de tu día a meditar, puede ser en cualquier lugar, sólo concéntrate en el aquí y ahora, enfócate en tu respiración ya sea al ir manejando en el tráfico, al oír una canción o al estar haciendo ejercicio, verás cómo tu mente se aclara al instante.
- Anota recordatorios. Pon alarmas en tu teléfono para cualquier actividad que tengas en el día, fija eventos en tu calendario, pega recados en el refri para recordar lo que tienes pendiente. El organizarte ayuda a ir concretando poco a poco todos tus objetivos.
- Prémiate de vez en cuando sin culpas. Uno de los mayores fracasos para no conseguir tener fuerza de voluntad, es el sentirse culpable y sucumbir a cualquier tentación o mal hábito. Te recomiendo fijarte pequeñas metas cada día y premiarte al finalizar la semana cuando hayas logrado lo que te propusiste.
- Comprométete. Sin compromiso no hay voluntad, ambas van de la mano y requieren de un trabajo constante. Un incentivo para comprometerte puede ser ver los resultados que vas a obtener por ejemplo inscribiéndote en un gimnasio o acudiendo con un nutriólogo. El objetivo final siempre será tu propio bienestar integral y es por ti por quien debes trabajar todos los días.
