Por Dennis Charles
Algo que siempre aflige a nuestros hijos es “pelearse” con sus amigos; y aunque a nosotros los adultos nos parece un tanto insignificante los motivos de estas peleas (no se quiso juntar conmigo; no se sentó a mi lado; hoy no me quiso hablar) para los niños son tan importantes que los afecta emocionalmente.
Generalmente nosotros como padres, ante estas situaciones, les decimos a nuestros hijos que se dirijan inmediatamente a sus maestros para comentarles lo que sucede; y aunque el maestro juega un papel importante; nuestros hijos necesitan aprender a solucionar sus problemas por ellos mismos.
Disciplina Positiva propone cuatro pasos para resolver problemas los cuáles podemos enseñar y poner en práctica con nuestros hijos. Estos pasos se enfocan en encontrar soluciones en vez de consecuencias.
- Ignorar el problema. Primero debes enseñar a tus hijos a que identifiquen lo que sienten ante los problemas (enojo, tristeza, decepción, etc.) y explicarles que es imposible solucionar los conflictos cuando no nos sentimos bien, necesitamos estar calmados para hacerlo y para lograr tranquilizarnos podemos hacer algo diferente (buscar otro juego o actividad).
- Hablar de forma respetuosas. Al estar tranquilo, podrás decirle a la otra persona cómo te sientes y lo que te gustaría que pasara. Es importante también saber escuchar lo que la otra persona siente. Este paso exige más práctica; una manera de enseñar a tus hijos es mediante un juego de roles; por ejemplo: “Imagina que tu amiga no quiso jugar contigo, ¿cómo te sentirías? ¿qué le dirías?, podrías decirle que te sentiste muy triste y que te gustaría que te tomara en cuenta para jugar.”
- Acordar una solución. Es también muy importante enseñarles a nuestros hijos a reparar los daños. Una lluvia de ideas es muy útil para encontrar la mejor solución para todos.
- Pedir ayuda. Si los niños no logran resolver problemas o no logran encontrar una solución, es importante que aprendan a buscar ayuda ya sea de sus maestros o de sus padres.
Estos cuatro pasos no sólo los pueden seguir los niños para resolver problemas con sus iguales; también los adultos pueden llevarlo a cabo para trabajar con sus hijos. Ante un problema con ellos es importante que los adultos se tomen un tiempo fuera positivo para relajarse y calmarse (en vez de gritar y regañar) y así posteriormente hablar con los niños de una manera respetuosa para así poder acordar una solución.
Te invito a poner de manera visible en un cartel estos cuatro pasos para resolver problemas para que los puedan utilizar cuando los necesiten y así ponerlos en práctica. El énfasis de estos cuatro pasos se centra en cómo resolver un problema y cómo prevenir que este suceda de nuevo, en vez de enfocarnos en lo que sucedió en el pasado.