Por Dona Wiseman
“Voy a buscar a un hombre que me valore.” También he escuchado algo así con referencia al trabajo. “Un lugar donde me valoren.” Sospecho que hay algo en común en lo que busca cada persona al decir esto, y que también hay matices personales y tonalidades específicas en este “valorar”. Tengo días reflexionando sobre este tema, nuestra necesidad de ser valoradas.
¿Qué significa para ti ser valorada? ¿Es sinónimo de ser admirada, de ser el centro de atención, de ser cuidada y tomada en cuenta, de recibir retroalimentación positiva de manera constante, de que no se marquen tus fallas, de ser primera, de tener privilegios especiales, de que las reglas no se apliquen a ti? ¿Necesitas un trato especial? Y, con la pareja, ¿ser valorada significa que tú seas su prioridad y que no haya otra cosa que sea importante? ¿Significa que la vida propia de la pareja sea sublimada ante la tuya? ¿Significa que, para estar contigo, la pareja tenga que convertirse en sucursal de ti, dejando de lado sus intereses y pasiones propias? ¿Significa que, si tú valoras a alguien, tendrás que hacer lo mismo?
Mi reflexión me ha llevado a preguntar si hemos perdido la habilidad de ver lo valioso de un ser humano como condición inherente y, siendo así, si hemos perdido la opción de ver que somos valiosas independientemente de ser valoradas (desde las definiciones anteriores).
Este cuestionamiento me pide cotejar mi mundo interior con el mundo exterior, quizá para constatar que: 1. Si no me valora el mundo exterior como yo contemplo que debería hacerlo, me vuelvo berrinchuda. 2. Que soy incapaz de sostenerme como valiosa independientemente del trato o percibido trato que recibo de otros. 3. Que mi autoimagen depende de la confirmación exterior, pudiendo concluir que realmente no me conozco. 4. Que probablemente me muevo en el mundo con miras a lograr una respuesta deseada en los demás y sin satisfacer mis necesidades propias reales.
Acaba de comenzar la primavera, época del año remarcada por nueva vida. Parte de lo nuevo en este tiempo podría incluir hacer un trabajo interior para distinguir lo que significa ser “valorada” y lo que significa ser “valiosa”. Cada una. Mis ideas son mías y no tendrían por que ser una verdad universal (es más, no lo son). Busca tu propia relación con tu “valía”, que se da cuando una persona se acepta, aprecia y valora a sí mismo, por lo que es, tiene y puede lograr.
¡Qué tengas una muy fértil primavera!