Fe católica y tatuajes.

Por Laura Prieto.

Los tatuajes siempre han sido y seguirán siendo un tema tabú, aceptado por muchos, rechazado por otros, abundan argumentos que tratan de desalentar a quien tiene la intención de tatuarse, una de las razones de más peso que hacen que una persona dude de tatuarse es el aspecto religioso, por años ha sido el argumento de madres, padres y abuelos, alegando que el cuerpo es el templo del alma y no se debe de dañar.

Hoy hablaré acerca de la posición del Papa Francisco acerca de los tatuajes, el pasado 19 de marzo, durante la reunión presinodal del Vaticano un joven llamado Yulien, perteneciente al Seminario del Espíritu Santo de Ucrania, cuestionó al Sumo Pontífice acerca de la preparación que deben de tener los pastores, ante el desafío del mundo contemporáneo, que tiene como característica la amplia difusión de los tatuajes, y la respuesta del Papa, fue de entendimiento, respeto y tolerancia, la cito a continuación:

“No se asusten de los tatuajes, los eritreos desde hace años se hacían la cruz aquí (en la frente). También hoy lo vemos, se tatuaban la cruz. Si, son exageraciones, hoy veo algunos, creo que los que tienen una medida fuerte de tatuajes no pueden donar sangre, cosas por el estilo porque hay peligro de intoxicación. Cuando se exagera hay un problema de exageración,  pero no del tatuaje. El tatuaje indica pertenencia, tú joven que estas tatuado o tatuada así, ¿qué cosa buscas? ¿En ese tatuaje, a qué pertenencia te refieres? Y comenzar a dialogar con eso y de allí se llega a la cultura del joven, es importante no asustarse ¡con los jóvenes uno no debe de asustarse nunca! ¡Nunca! Porque siempre, incluso detrás de las cosas que no son tan buenas, hay algo que nos hará llegar a alguna verdad”

No pudo decirlo de mejor manera, además de ser Pontífice es un promotor de la paz y el respeto, aceptar y tolerar los gustos de los demás, ¡bien por él por ser un promotor del entendimiento!  si eres católico y tenias dudas de tatuarte, recuerda estas palabras, el tatuaje no te cambia, sigues siendo tú mismo y tu fe seguirá igual, y felizmente ahora sabes que tu iglesia te respalda.

No estás sola.