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¿Todo va muy rápido?

Por Elena Hernández

Cada época los padres vamos enfrentando dificultades y retos donde lidiamos con el conflicto entre las tradiciones con las que fuimos educados, el ritmo y las costumbres de antes y lo ajetreado y diferente de las prácticas “de hoy”. Y en este punto ciego me encuentro ahora, en donde una parte de mi “anticuada” se concentra en la disciplina, los horarios de tareas, actividades permitidas entre semana y las de fin de semana, el itinerario para ir a dormir, tv y videojuegos restringidos, y una lista de cosas que a veces aplico y otras pongo en duda creando esta laguna emocional de crianza en la que me detengo a reflexionar si lo estaré haciendo bien o no.

Imagino que cuando mis abuelos criaron a mis padres, para ellos todo parecía ir muy aprisa (en comparación con su propia infancia), el teléfono, los autos, la comida rápida, las consolas de radio. Luego mis padres también sintieron que “todo iba muy rápido” cuando me estaban criando y llegó la tv a color, el microondas, la computadora, el celular, la red (seguro que estaban aterrados) y recuerdo haber tenido restringido el horario para ver las caricaturas, por supuesto no usé un celular hasta que tuve 20 años y entonces conocí el “yahoo” y el “hotmail” ¡oops!, ya me sentí vieja.

Ahora que estoy criando a mis hijos siento ese mismo terror por los ipads, Minecraft, Netflix, el Facebook, Instagram y demás apps que ni conozco y que me cuesta trabajo intercalar entre mis costumbres, mi criterio de lo que es adecuado y la época actual imposible de detener y en la que no podemos tampoco quedarnos atrás. Entonces, ¿qué hago?, a veces me piden la Tablet para jugar y digo muy segura: ¡NO! Jueguen con su imaginación. Y la siguiente semana me la piden nuevamente y titubeo con un – Bueno un ratito, pero primero recojan su cuarto (como para compensar lo que considero que no es apto para ellos, pero me causa conflicto ser determinante y negarles lo “innegable”, lo que a ellos les toca vivir y aprender a manejar).

El caso es que, finalmente como antes y como ahora y como será siempre la base de todo es encontrar el equilibrio, aunque esto nos implique cuestionarnos casi diario nuestras acciones y reacciones, luchar internamente con lo que traemos y lo que queremos transmitir y el permitirnos ser flexibles y moldear nuestros criterios para dar entrada a las nuevas eras que ciertamente ya no veremos, pero para las cuales tenemos la responsabilidad de dejar hijos bien preparados, empoderados, responsables y sobre todo felices y “equilibrados” .

 

Fuente de imagen 

Elena Hernandez: Nací un soleado día de abril, hace casi 36 años, la mayor de una familia que parece común pero no lo es tanto, llena de personajes interesantes como seguro cada familia tiene los suyos. Arquitecta de profesión, madre de corazón y soñadora por convicción. Hoy dejo la puerta entreabierta para que te asomes un poco a mi mundo, mis vivencias, mis alegrías, mis penas, y descubras conmigo este pedacito de mí antes de que se esfume con el viento.
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