Por Liliana Mendoza
Hace poco tiempo me di cuenta que muchos de mis “problemas” eran causados por el drama. Hay cierta adicción al drama en muchos de nosotros, en mayor o menor grado.
Las cosas que hacemos o decimos cuando estamos en este estado de drama solo nos llevan a culpar al mundo entero de lo que nos pasa y a final de cuentas seguimos igual y no avanzamos, pudiendo en verdad vernos y hacer un cambio.
He decidido firmemente por salud mental y emocional disminuir de forma significativa el drama en mi vida.
Con esta idea en mente, me puse a leer y buscar recomendaciones para quitar el drama de mi vida, te comparto las más interesantes.
- Reconocer el momento en el que puedas estar creando drama.
Si hay drama en muchas áreas de tu vida, se honesta contigo misma, TU eres la constante. ¿Estas creándolo?, Lleguemos al fondo de esto, ¿estaremos buscando atención? ¿Creciste con drama y te sientes mejor cuando hay algo de esto a tu alrededor?
Una buena alternativa si tu respuesta es que buscas atención, quizá podríamos intentar obtenerla hablando de forma directa y asertiva. Si es por aburrimiento quizá puedas buscar una actividad o aventura nueva en tu vida.
- Cambia la perspectiva.
Mucho del drama se origina en nuestra cabeza y pensamientos, y generalmente es porque estamos tan inmersos en una situación que creemos es difícil pero realmente no es tan terrible como parece. Si sientes que alguna situación te abruma, haz una pausa y date cuenta que no es permanente. Después enfoquémonos en acciones de las cosas que si podemos controlar. ¿Qué puedo hacer hoy para solucionar proactivamente esta situación?
- Sé clara y habla directo con otras personas.
Generalmente el drama se crea ya sea por un malentendido o confusiones. Eliminémoslo encontrando el valor de decir exactamente lo que queremos, quizá pueda ser muy difícil en el momento pero si nos puede salvar de un dolor fuerte en el futuro. Por el otro lado, hazle saber a las personas que pueden ser honestos también contigo.
- Ser cuidadosos al decir que alguien está haciendo drama.
Muchas veces juzgamos a alguien como dramático cuando lo único que necesita es a notros. En vez de adelantarnos con un juicio de que una situación es buena o mala, enfoquémonos en estar allí y acompañar a la persona que nos necesita.
- Acompáñala y deja que el drama se aleje.
Muchas veces el drama que experimentamos o sentimos viene de nuestras interpretaciones de las cosas que hemos vivido y cómo las vivimos.
- Aprende del drama.
Muchas veces parece que el drama solo nos pasa a nosotros, y que no podemos hacer nada para removerlo. Otra perspectiva puede ser que cada vez que nos sintamos inmersos en algo que nos abruma es una oportunidad de aprender cómo lidiar con los retos que se nos presentan.