Por Mayte Cepeda
Ya hemos escuchado y leído en múltiples sitios y ocasiones, la importancia que tienen las emociones en la salud de las personas. Y esto es debido a la gran cadena de conexiones que existen en nuestro interior. No solo lo tangible (huesos, órganos, tejidos, sangre) tienen influencia sobre esto, si no también lo intangible (mente, energía, pensamientos, emociones) y toda esta energía generada se distribuye en el cuerpo físico a través de los meridianos que son canales distribuidos por todo el cuerpo y que, según la medicina china, esa es la manera en la que nos vemos beneficiados o perjudicados físicamente hablando de la energía que concentra nuestro cuerpo.
Por ello es súper importante la información de la que nos llenamos energéticamente hablando.
Así mismo, los alimentos, el ejercicio, las horas de descanso, el tiempo de relax y esparcimiento, sin olvidar la importancia que tiene el pasar el tiempo con las personas que quieres.
También lo es la energía de las personas que te rodean voluntaria e involuntariamente. Y aquí, en las personas que pasan por tu vida tal vez de manera involuntaria respecto a ti, es precisamente donde me quiero enfocar un poco en esta ocasión.
¿No te ha pasado que de repente sales de una junta de trabajo, de una ida a desayunar, o de una simple reunión entre amistades y conocidos y te sientes que te chuparon la energía a más no poder? Bueno eso no es siempre porque te ibas a resfriar o porque estuvieras desvelada o estresada por tener muchos pendientes qué hacer. Pudo ser que la gente con la que estuviste chupara tu energía con su mala energía y eso, desafortunadamente, se convierte en un dolor de cabeza, dolor de estómago o un malestar general al que no le encuentras pies ni cabeza. Ayer precisamente estuve platicando con una persona que estimo, de cómo alguien que ella consideraba su amiga se fue convirtiendo en un costal de problemas, malas vibras e inconformidades que, hasta que cortó de tajo con esa relación, se sintió aliviada, liberada y como si hubiese dejado de cargar un costal en su espalda.
Entonces, ¿qué hacemos para prevenir estas afectaciones innecesarias? Te propongo esta guía súper básica de cómo prevenirte de las personas que les encanta –tal vez sin saberlo—alimentarse de la energía limpia y sana de otras personas:
- Rodéate de gente afín a tus intereses, gustos y aficiones.
- Enséñate a decir no de vez en cuando. Decir no, no necesariamente es incorrecto o grosero, más aún cuando estás decidiendo de esa manera con el fin de respetarte y hacer lo que crees mejor para ti.
- Evita repetir conductas de esas que sabes que no te hacen bien y te dejan mal sabor de boca.
- Busca actividades y hobbies que te ayuden a ocupar tu mente y cuerpo físico en cosas que te hagan bien y te ayuden a producir hormonas saludables que invadan tu cuerpo de buenas sensaciones.
- Cuando elijas estar con un grupo determinado de personas, enséñate a escucharte e identificar ese sexto sentido que te dice cuando algo o alguien no te conviene tenerlo cerca.
- Evita “gancharte” con temas que te afectan o con la necesidad de otras personas de imponer su opinión por encima de la tuya.
- Por último, cuando no tengas de otra, más que estar con personas que sabes que pueden impactar negativamente en tu energía vital y, por ende, en tu salud, acuérdate que lo más importante eres tú y que tu propia energía sea capaz de repeler todo lo que sabes que no te servirá. ¡Namasté!
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