Cada año que pasa me comprometo más a buscar motivos que me ayuden a sentirme en paz, plena , feliz y en sintonía conmigo misma.
Por Alex Campos
He notado cómo, en algunos periodos de mi vida, me siento extraña porque ya no me gusta lo que antes me encantaba y llega a mí el temido cuestionamiento de ¿y ahora qué?
Comienzo a notar cambios en mi forma de sentir, pensar y actuar que tal vez durante mucho tiempo formaron parte de mi inconsciente y ahora me hacen demasiado ruido.
A veces incluso quisiera que alguien me entregara el libreto de mi vida y borrar unos cuantos capítulos de los que no salí bien librada.
Ahora entiendo cómo y por qué comencé la mejor dieta de mi vida. Desde hace algún tiempo de manera a veces consciente y otras no tanto, he seguido una dieta rigurosa contra las malas vibras, la gente que critica, los chismes, las amistades tóxicas y de todo lo que me robe paz y energía.
Así, desde hace algún tiempo y creo que como un hito en mi vida, desde que me convertí en mamá, personas, lugares, situaciones, vibras y pensamientos salieron de mi vida haciendo más flaca mi lista de amigas, de lugares que frecuentar, de aprietos, de comentarios y criticas a otros que no me gusta escuchar y de toxinas que ciertamente mi cuerpo y alma tenían que eliminar.
¿Te ha pasado?
Que con el paso de los años, cada que hay cambios de rumbo, experiencias bonitas y otras difíciles más obligaciones, personas que llegan y salen de tu vida y un sinfín de factores que intervienen hay un momento en el que sientes que estás a miles de kilómetros de lo que eras, de lo que imaginaste que serías y completamente confundida a lo que quieres ser. Se abren nuevos horizontes, pero el simple hecho de mirar al otro lado de la montaña te da un poco de temor. Siempre es más cómodo quedarse en el mismo lugar. Pero así no avanzas.
Y es que avanzar duele y emociona, da miedo y esperanza, genera adrenalina, provoca ansiedad y al mismo tiempo gratitud. Inevitablemente al avanzar hay cosas, personas, lugares y expectativas que quedan atrás, así es la vida, así crecemos , así evolucionamos.
He estado cumpliendo al pie del cañón con la mejor dieta que he hecho en la vida y ahora mi vida ciertamente ya no está llena de compromisos sociales, de llamadas telefónicas, mi lista de conocidos aumentó y la de amigos enflacó pero esos amigos que quedaron son puro músculo y un boost de energía. Mi vida social enflacó pero mi felicidad engordó y me encanta.
Mi dieta es:
– Estoy a dieta de compromisos, voy a lugares donde quiero ir.
– A dieta de lugares y personas que me roban energía.
– A dieta de críticas y chismes de todo tipo.
– A dieta de amistades tóxicas.
– A dieta de cumplir con moldes, somos únicas y no cabemos en ningún molde.
– A dieta de querer caerle bien a toda persona con la que cruce camino, lo que ves es lo que hay.
– A dieta de comentarios negativos.
– A dieta de todo aquello que no contribuya a mi paz.