Por Susana Veloz
Así como el invierno nos deleitó con dos nevadas fuera de serie en nuestra ciudad (Saltillo, Coah. México), la primavera nos dejó ver, una vez más, las fatídicas consecuencias de nuestra ignorancia e irresponsabilidad.
Las apocalípticas imágenes de nuestra Sierra de Zapalinamé en llamas helaba nuestros corazones y nos revelaba todo lo que hay detrás de un accidente así: una ciudadanía ignorante de los modos de la naturaleza y su cuidado; un gobierno con prioridades superfluas con recursos insuficientes y una baja capacidad de reacción; y una sociedad que de algún modo logra desasociar una calamidad de esta magnitud con sus pequeños actos de corrupción y negligencia que comete contra la naturaleza día con día. Si, ese día había 3 jóvenes irresponsables subidos en el vehículo de la policía. Pero en realidad TODOS íbamos ahí.
Al frente iba quien todavía dice: “¿Y para que separo mi basura?”. A su lado las que tienen jardines que necesitan grandes cantidades de agua. Del otro, quien siembra árboles exóticos que luego tendrá que retirar por los daños ocasionados a banquetas y casa. Atrás de ellos una pareja que entra a Jeepear a la sierra sin el menor respeto de su silencio y tranquilidad junto con sus hijos que sacan la basura un día antes de que el camión recolector pase y que no ha entendido que no debe tirar el aceite de cocina en el fregadero. Y entre ellos las empresas que se niegan a cambiar sus políticas y formas de hacer negocios.
Y así, esta lista se vuelve infinita y todos, de alguna manera ¡logramos no sentirnos responsables de nada! y nos convencemos de que pequeños actos no hacen la diferencia. Nadie se salva en realidad. Ni yo misma.
No sé si las matemáticas o la música deban ser prioritarias en la educación. Lo que me queda claro es que, en algún momento, nuestros pequeños (en casa o en la escuela) debieran voltear a ver a la naturaleza con el mismo respeto que ven a sus abuelos. Entenderla con la misma atención que a un hermano mayor y cuidarla como se hace con los mejores amigos. Su existencia dependerá enteramente de ello. Porque todo, absolutamente todo en ella esta interconectado. Y lo que le hagamos, nos lo hacemos nosotros mismos. Solo que ella, como este video de Conservation International, ELLA si está preparada para evolucionar. Nosotros al parecer no.