¿Tienes un hijo adolescente que se quiere tatuar? ¿Alguno de tus hijos ruega por un tatuaje en su siguiente cumpleaños?
Por Laura Prieto
Tal vez no te cierras a la idea de darles permiso, pero tal vez no sabes si es legal, o que debes hacer en caso de apoyar a tu hijo en su idea. Hoy te voy a platicar que procede en estos casos tan especiales.
El Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios, señala que el menor debe acudir acompañado del padre o tutor; antes de cualquier tatuaje a menores de edad es necesario aplicar un cuestionario para así verificar que el estado de salud sea óptimo, seguido de esto proporcionar información clara, completa y precisa acerca del procedimiento, tanto al menor como al padre, madre o tutor, una vez recibida la información correspondiente, el cliente manifestará su consentimiento, firmando una carta de aceptación.
El padre, madre o tutor deberá comprobar parentesco presentando algún documento de identificación oficial y una copia del mismo (credencial para votar, licencia de conducir, cédula profesional, pasaporte), y posteriormente llenar otro formato autorizando la aplicación del tatuaje. El padre, madre o tutor deben de permanecer todo el tiempo al lado del menor.
Aclaradas todas estas dudas, depende de ti si consientes o no que tu niño se haga un tatuaje, como punto muy personal y en base a mi experiencia, como tatuada y tatuadora, mi consejo es: habla con tu hijo, tal vez tiene muchas ganas de ese tatuaje, por el momento, pero el tatuaje dura para siempre, algo que fascina y apasiona hoy, podrá no quererlo en diez años, en edades tempranas los gustos pueden cambiar, he tapado muchísimos tatuajes que mis clientes se hicieron a corta edad, he escuchado mucho la frase “yo solo quería un tatuaje y me hice el que más me gustó, ahora lo odio”, si pueden postergar ese tatuaje sería lo mejor.
Si no lo logras, y no te desagrada la idea de que se haga un tatuaje siendo menor de edad, incentívalo a que se haga algo realmente significativo, tal vez un tatuaje madre e hijo, o alguna fecha importante, algo de lo cual no se quiera desprender nunca, de lo cual no se vaya a arrepentir. Te hablo como tatuadora y como madre, he visto tantos arrepentidos desfilar por mi estudio.
No estás sola.