Por Mayte Cepeda
La mayoría de las prácticas y secuencias de yoga incluyen en su rutina las posturas invertidas, que son aquellas en las que el corazón está en posición superior a la cabeza, es decir, hay un soporte en manos, codos, brazos, hombros, cuello o cabeza; llevando al cuerpo hacia arriba y dejando la cabeza por debajo.
Existen posturas invertidas suaves, como el perro hacia abajo (adho mukha svanasana), la posición intermedia de la vela (viparita karani), o incluso el puente (setu banda sarvangasana); algunas posturas intermedias como el arado (halasana), la vela completa (salamba sarvangasana) y las invertidas avanzadas, de las cuales las más conocidas son los parados de cabeza (sirsasana) en sus múltiples variaciones, los parados en antebrazos (pincha mayurasana) en sus diversas opciones, así como el parado de manos (adho mukha vrkasana) con todas sus variaciones posibles.
Para poder practicar las posturas invertidas, es necesario y muy conveniente tomar en consideración varios aspectos. Uno de ellos es saber que, emocionalmente, las posturas invertidas se relacionan directamente con el miedo: miedo a caernos, a lastimarnos, a no poder controlar nuestro cuerpo, ó a salir de la zona de confort a la que habitualmente estamos acostumbradas y ello implica que, al desarrollar una postura invertida, tengamos muy claro que debe haber un pleno estado de consciencia, atención y alerta mental. Esto, para poder agudizar la sensación física sobre qué tanto podemos dar y aguantar en esa postura invertida, sintiendo y escuchando desde el interior y, a la vez, ir dominando aquellos miedos que nos aquejan por llevar al cuerpo a un “desafío” por llamarlo de algún modo. En columnas anteriores, te platiqué sobre los beneficios de yoga para eliminar los miedos. Las posturas invertidas son el excelente ingrediente que requiere tu práctica para sacar esos miedos, orearlos y enseñarles quien es la que manda.
Otro aspecto muy importante en el tema de las posturas invertidas es el del coaching adecuado. Tener una guía profesional que conozca de la práctica de yoga, tanto en el aspecto teórico como práctico y que con su experiencia pueda guiarte de una manera segura para hacer posturas invertidas. Esto, con el fin de que cuentes con alguien con conocimiento y experiencia, que te ayude a realizar los ajustes necesarios para que encuentres mayor seguridad y confort en la postura, además de orientarte de manera previa sobre las contraindicaciones de las posturas invertidas; por ejemplo, tener presión arterial alta, problemas en la glándula tiroides, lesiones en la región cervical de la columna, presión en la vista y otros aspectos pasajeros como la menstruación y congestión nasal, por citar algunas de ellas.
De las posturas invertidas de yoga obtendrás una lista interminable de beneficios, comenzando por quitar presión sobre las piernas que, por obvias razones, es la parte de nuestro cuerpo que mayor peso y presión recibe. El cambio de posición del cuerpo, activa y estimula un sano funcionamiento del sistema cardiovascular con todos los beneficios relacionados que lleva consigo. Tiene impacto directo sobre el sueño y nos permite lograr descansos realmente reparadores y así sentirnos con más pilas y energía por la mañana. Estimula la actividad cerebral ya que irriga mayor cantidad de sangre al cerebro. En el plano mental y emocional, estar paradas de cabeza nos ayuda a ver el mundo desde otra perspectiva y lo creas o no, esto se refleja en nuestra manera de resolver un problema, ampliando el abanico de opciones que, de otra manera y con nuestro pensamiento tan acostumbrado a funcionar solo de una manera, le damos la posibilidad de ver otras alternativas. ¡Namasté!
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