Por Clara F. Zapata Tarrés, La Liga de la Leche A.C.
Una historia de amor, un recuerdo, una huella en la piel para no olvidar, una sensación o simplemente por elección, cosmética y haciendo del pigmento una pasión que bombea el corazón. No es algo nuevo o novedoso. Se ha usado desde tiempos inmemoriales por diversas razones. Cada perforación que deja un punto de tinta diminuto representa la identidad de una persona.
El arte y las modificaciones corporales se pueden encontrar en todas las civilizaciones y culturas del mundo. Podemos observar cicatrices con propósito, piercings, cortaduras, tatuajes, etc. El tatuaje más antiguo registrado es de 3500 A.C. Además podemos ver estas modificaciones en cualquier estrato social. Nos ayudan a expresar, a tener ritos de paso, a conmemorar fechas especiales, a maquillarnos, a estimularnos sexualmente o para reconstrucciones corporales (por ejemplo, reconstrucción mamaria).
Solteros, casados, jóvenes, varones, mujeres, transexuales, pobres, ricos, blancos, morenos, modernos, anticuados, todos nos tatuamos o nos modificamos el cuerpo. No hay razas, credos o géneros que lo hagan más que otros. Hoy es una costumbre bastante constante. Y así, miramos cada vez más tatuajes de bebés amamantándose o de símbolos que representan imágenes metafóricas de lactancias o perforaciones que rememoran alguna figura tribal que hace sagrada la fertilidad y el poder de alimentar desde la madre tierra. Es una etapa que no podemos ni queremos olvidar, que queremos perpetuar y grabar en todos los poros de nuestra piel. Jardines de vida, corazones, pechos, atrapasueños, símbolos que nos ayudan a empoderar nuestra lactancia… con grandes ilusiones de nunca silenciar ni eludir esta experiencia.
En lo personal tenía tatuajes antes del embarazo pero al dar a luz tenía la necesidad o la ilusión de tener un recuerdo de mi bebé, ya que fue un embarazo de alto riesgo y gracias a Dios ya mi niño ya tiene 2 años ½ conmigo y aún le doy LM. Fue un tema duro y de tabúes por parte de mi familia, así que, decidí preguntar a la pediatra de mi bebé que recomendó esperar y que los tatuajes que me fuera a poner no estuvieran cerca del pecho. Aclaró que la tinta solo se pone en la capa superficial de la piel y por ningún motivo pasa a la leche del bebé, sin embargo el tatuar el pecho o el pezón en sí, podía lastimarme al momento de amamantar.
Judith Hernández
Pero bueno, ¿y cuáles son las recomendaciones y precauciones?
- Es mejor esperar algunos meses después del nacimiento de nuestro bebé para asegurar que no nos falle nuestro sistema inmune
- Verificar la seguridad, la licencia del tatuador o de quien nos perforará, la esterilidad de las agujas, los guantes, tintas de un solo uso, esterilización de máquinas y uso de autoclavesetc. Buscar distintas opciones que respeten estos requisitos
- Descartar que no tengamos alergias
- Prevenir infecciones
- Revisar legislación actualizada sobre licencias y personas que realizan perforaciones o tatuajes
- No se aconseja el tatuaje en el mismo pezón por el riesgo de que el lactante pueda llegar a absorber pigmentos que sean tóxicos.
- La eliminación de tatuajes con crema de maquillar o cubriéndolos con otro (cover up) es compatible con la lactancia. La eliminación por láser disgrega los pigmentos del tatuaje, que pasan a linfa y sangre y podrían llegar a leche, por lo que sería prudente esperar a acabar la lactancia según el tipo de pigmento a eliminar.
- Las cremas anestésicas y las antisépticas y antiinflamatorias que se emplean antes y después de los tatuajes son compatibles con la lactancia, así como medicamentos para el dolor como paracetamol o ibuprofeno.
- Es preciso un buen control sanitario al hacerse el tatuaje para evitar la transmisión de enfermedades como hepatitis B, hepatitis C o SIDA. Por seguridad, los bancos de sangre y muchos bancos de leche no aceptan donaciones hasta pasados 4 a 12 meses de la realización de un tatuaje. Por ese motivo, algunos autores aconsejan esperar a finalizar la lactancia.
- Aunque los pigmentos y sustancias que se inyectan en el tatuaje pueden ser tóxicos, quedan retenidos bajo la piel y no pasan a sangre, por lo que tener un tatuaje antiguo o realizarse uno durante la lactancia, no la contraindica siempre que se cumplan las normas higiénico-sanitarias que aseguren la no transmisión de enfermedades infecto-contagiosas.
Puntos importantes a tomar en cuenta:
- Las moléculas de la tinta de los tatuajes son demasiado grandes para pasar a la leche.
- Las agujas no penetran los conductos mamarios.
- Es una decisión personal.
- Las perforaciones y los tatuajes son compatibles con la lactancia.
- Necesitamos tener una mente abierta para poder apoyar a una persona que amamanta y tiene o tendrá tatuajes o perforaciones para proteger y apoyar su lactancia.
Bibliografía
La Leche League, El arte femenino de amamantar. Del embarazo al destete, el libro que toda madre necesita, Grijalbo, Colombia, 2017.
ILactation, Roche-Paull, Breastfeeding and bodymods. Where body art and breasfeeding collide, Marzo 2018.
Las experiencias de la tribu en los grupos de apoyo de La Liga de La Leche, te ayudan a llevar estos procesos de manera más relajada y tranquila. No dudes en asistir a alguno y pedir apoyo cuando lo necesites. ¡En las reuniones las parejas son bienvenidas!
Fotos por La Liga de la Leche Saltillo