Por Ana Celia Aguirre
En una de la Reuniones que hacemos de LaLiga de la Leche, mientras nos preparábamos, tocan la puerta, era un joven vestido a cuadroscomo de unos 28 años, que amablemente preguntó: “¿Esta junta es solo para las mamás? o ¿también los papás podemos entrar?” a lo que mi compañera respondió que por supuesto que bienvenidos los papás. Él, sonriendo, fue por su esposa embarazada ayudándola amablemente a bajar del carro, para después entrar juntos de la mano, sentándose uno junto al otro. Cuál fue mi sorpresa que, durante la reunión, la mayoría de las preguntas venían del único papá que nos acompañaba aquella tarde, alegrándonos mucho su interés por el tema que nos convocaba. Una de las preguntas que llamó mi atención fue la siguiente: “¿Cuál es el papel del padre en la lactancia?” Yo, volteando a ver hacia el grupo lleno de mamás, unas con bebés y otras embarazadas les pregunté: “¿Ustedes cuál dirían que es?” Hubo muchas respuestas, que con gusto les comparto en este espacio:
La primer respuesta vino de su propia esposa quien, sonriente, compartió que un aspecto fundamental de la contribución de los papás radica en confiar en que la mamá de sus hijos puede alimentarlos totalmente con su leche. Esa confianza que el padre infunde en la mamá que carga a su bebé por primera vez, esas palabras de “estoy contigo” en esta gran aventura de la maternidad y de proteger esa confianza son una aportación de altísimo valor en el proceso.
Otra aportación sobre el rol paternal en la lactancia que recibimos esa tarde fue sobre la preparación para la llegada del bebé. Si bien la madre es quien amamanta, el apoyo del padre es muy importante desde la preparación para el parto, informándose de las mejores opciones para el nacimiento, así como de los múltiples detalles adicionales que requieren la atención plena, tanto de mamá como de papá.
Otro aspecto de contribución paternal radica en que, durante el nacimiento, quien acaba de ser madre, necesita del apoyo del padre en su capacidad como “guardián” de esos hermosos momentos en que llega el bebé, en que la lactancia comienza, en que inicia una nueva etapa en la construcción de una relación de apego y apoyo mutuo con el recién nacido. Estos momentos son sagrados y requieren la mayor intimidad posible con el bebé y para ello el papá puede aportar mucho al sostener una sana y bien dosificada agenda de visitas que permita este espacio y tiempo de gran valor para la relación de los papás con su hijo.
En fin, como pueden ver, existen múltiples maneras en que podemos apoyarnos en nuestras parejas en el proceso de la lactancia, de llegada y desarrollo inicial de nuestro recién nacido, dando con ello muchos más motivos para involucrarlos lo más posible en la celebración a la vida que representan estos momentos tan hermosos de nuestra maternidad. R