Por Laura Prieto
Como seres humanos somos complicados, nunca dejamos de aprender, desde el nacimiento hasta el final de nuestros días, la vida está llena de retos constantes, nacemos sin saber. Uuna de las cosas más complicadas de aprender es amar, las relaciones de pareja ya no son como antaño, “hasta que la muerte los separe”, las cifras de divorcios están por los aires, matrimonios cada vez más efímeros. Parece que al igual que todo lo fabricado, el amor es desechable, la gente se casa pensando que si no resulta se divorcia y ya, pero ¿qué pasa cuando hay hijos?
En mi opinión como seres humanos necesitamos a mamá y papá en nuestras vidas, tener una crianza estable, hay separaciones muy civilizadas, donde la custodia de los hijos se comparte y los padres llevan una relación de respeto y cordialidad, en algunos casos el ego de los padres es más fuerte que el civismo y, como dice mi esposo, en el trámite de divorcio “se agarran a niñazos” usando a los hijos para dañar al contrario; a veces, la madre o el padre se deslinda de sus hijos, cede la patria potestad y sigue su vida como si nunca hubiera engendrado, para mí es increíble, va en contra del sentido de la vida, y así, hay tantos escenarios de divorcios como personas en el mundo, tan difícil relacionarse en este mundo que va tan de prisa.
Hace unos meses me contactaron para un tatuaje, querían taparse un nombre, estuvimos diseñando hasta llegar a la imagen ideal, la que no dejaría rastro de ese nombre permanente, la cita llegó y empecé a trabajar, es común tapar nombres, las relaciones fracasan y se deja atrás a la persona que alguna vez se amó, pero en esta ocasión algo fue increíblemente diferente, el nombre no era de una ex pareja, si no de un hijo, la persona era divorciada y se iba a casar, y los futuros esposos no estaban felices con ese tatuaje. Me quedé pasmada, no pude opinar nada, no quise preguntar, pero dijo que su hijo vivía en otro estado, lejos muy lejos, entonces no lo veía desde el divorcio, porque, pues, la distancia, el trabajo, los compromisos, ya no era igual desde que se mudó aquí, de eso habían pasado 4 años, me imaginé todo lo que hace un hijo en cuatro años, no concibo la idea de no ver a un hijo por tanto tiempo y estar ahí, como si nada, después de esos años, borrando ese indicio que llevaba en la piel. Lamentablemente no es una situación aislada, todos conocemos a alguien que rehace su vida y ahí no hay cabida para los hijos, niños que se quedan viviendo con las abuelas, niños que se les priva de papá y mamá. ¿Cómo es posible divorciarse de los hijos? A la edad que tengo, después de tres lustros tatuando, aún veo situaciones que me sorprenden y en este caso, que me entristecen y no logro entender. Abraza hoy a tus hijos.
No estás sola.
Alejandro
Hola.
Hay otras situaciones en que uno desea divorciarse de sus hijos.
En mi caso, tuve dos hijos con mi primer esposa, que murió. Mi hija se fue de casa primero con su novio, básicamente por las peleas con su hermano, y después se fue mi hijo con su novia. Yo me casé y seguía pasando dinero a mi hijo, que nunca trabajó en ningún trabajo estable. Él es una persona que miente, y hace todo lo que sea por alejarse de los demás. Tiene problemas psicológicos. Después de casi 10 años su compañera lo echa de la casa y no teniendo a dónde ir yo le acojo en mi casa, no sin avisar a mi esposa actual que preferiría que no viniera, pero ella resultó engañada por su encanto que finge muy bien.
Él tiene 30 años y realmente a mis 60 no quiero una persona tan negativa viviendo conmigo.
Realmente mi deseo sería echarlo a la calle, pero no tiene dónde ir y es difícil que una persona de difícil trato como él consiga un trabajo estable.
Ahora creo que entiendes por qué uno puede querer “divorciarse” des su hijo.